Una estudiante australiana colocó en Facebook una invitación para su cumpleaños, que iba a celebrar al aire libre. Dirigió la invitación a sus amigos, pero mencionó que aquellos podían llevar a la fiesta a sus amigos también. En su 'muro' escribió que no tenía "tiempo para invitar personalmente a cada uno" y pidió que comunicasen su invitación a otras personas, comentando que se trataría de "una fiesta abierta, con la condición de que no se escape de las manos".
Por un descuido en los ajustes de privacidad en su perfil tenía los datos de contacto —dirección y número de teléfono móvil— en libre acceso.
El anuncio provocó un verdadero efecto dominó: los amigos invitaron a sus conocidos, aquellos a los suyos y por la mañana siguiente la adolescente de Sidney de nombre Jesse descubrió que para su pequeña fiesta de 16 años se habían apuntado 20.000 personas ya. Aterrorizada, la joven desconvocó el anuncio.
Sin embargo, la medida no funcionó. Un usuario de Facebook había copiado la invitación ya y el 'flashmob' persistió. Jesse seguía recibiendo SMS y llamadas a su móvil por parte de personas completamente desconocidas que confirmaban su asistencia en la fiesta.
La mañana del 15 de marzo la australiana se encontró con una lista de 214.000 personas que se habían apuntado para ir a desearle un cumpleaños feliz. Según informa The Daily Telegraph, la fiesta tendrá lugar el 26 de marzo, como estaba planeado, pero será exclusivamente privada. Se celebrará en la casa de la familia, con policías montando guardia en el exterior para evitar incidentes.
La policía comenta que lo más probable es que la invitación resultara secuestrada y divulgada por miembros del famoso grupo Anonymous o por el 'bromista' australiano David Thorne, conocido por sus trucos en internet.
La popularidad de Jesse llevó a un sitio web a ofrecer a la venta camisetas con su nombre y fecha de sus cumpleaños. El precio del recuerdo es 15,5 dólares.