Los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) publicaron las cifras exactas respecto al nivel de la contaminación radiactiva de los productos alimenticios en las zonas cercanas a la central averiada Fukushima-1.
Según sus datos, en la región de la localidad de Kawamata, situada a 46 kilómetros de Fukushima, y en la prefectura de Ibaraki, al sur de la zona de la catástrofe, se ha registrado un nivel elevado de isótopos radiactivos de yodo y también cesio en la leche, espinaca y olivas.
En las pruebas de la leche, la concentración del yodo radiactivo está tres veces por encima de la media: 900 'becquereles' por litro en vez de los 300 admisibles. El nivel del cesio en la leche es casi 15 veces más alto que el admisible: 300 'becquereles' por litro en vez de 18.4. El nivel más alto de presencia de los radionúclidos fue registrado en la espinaca: de 8.000 a 15.000 becquereles por litro.
El agua potable, de la que se tomaron muestras en 46 lugares, no genera preocupaciones entre los expertos.
"Prohibir o no la venta de los productos alimenticios contaminados, esta decisión la va a tomar el Gobierno en función de las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)", informó el representante de la OIEA, Gram Andrew.
Además, los ecólogos japoneses descubrieron una concentración elevada de sustancias radiactivas en el agua de lluvia que cayó en la zona cercana a Fukushima-1 el 20 de marzo.
A partir de estos datos, el Ministerio de Ciencias y Tecnologías de Japón informó sobre una "superación insignificante de la media normal" de concentración de isótopos de yodo y cesio en nueve de las 47 prefecturas del país, entre ellos la prefectura de Tokio, Chiba, Kanagawa y Iwate.
El Gobierno subraya que "los niveles registrados no representan un peligro directo para la salud de la gente". Sin embargo, recomienda "continuar las mediciones del nivel de radiación del medio ambiente, verduras y leche".
Según el jefe del gabinete de Gobierno nipón, Yukio Edano, el consejo de ministros investigará la cuestión de la limitación de los suministros de alimento de las regiones que pudieran sufrir contaminación radiactiva.