La “depresión debida a Facebook” es un nuevo diagnóstico que sugiere un grupo de médicos estadounidenses que estudiaron la influencia de las redes sociales en niños y adolescentes.
Aunque la participación en sitios de Internet que incluyen participación interactiva puede ayudar a los adolescentes a mejorar sus habilidades de comunicación, nexos sociales y hasta capacidades técnicas, estos medios también conllevan ciertos riesgos para los adolescentes por su insuficiente regulación y exposición a la presión e influencia de parte de otros usuarios.
En los últimos 5 años creció abruptamente la cantidad de niños y adolescentes que usan tales medios. Según sondeos, un 22% de los adolescentes ingresa a sus páginas favoritas más de 10 veces diariamente y más de la mitad lo hace más de una vez.
Investigadores de la Academia de Pediatría de Estado Unidos comentaron sobre síntomas de depresión que muestran algunos niños y adolescentes que suelen pasar demasiado tiempo en las redes sociales. Los contactos con sus pares y la manera en cómo estos les tratan son factores cruciales para los adolescentes, no solo en su cibervida, sino que también en la vida real. Y en este sentido los que tienen un menor número de visitas, contactos, fotografías y "posts" en el muro podrían ser los más vulnerables.
Dado que la comunicación en las redes sociales presenta una copia distorsionada de lo que está ocurriendo en la realidad, por la falta de expresiones faciales y de lenguaje corporal, esto puede llevar a que se sientan en un peor aislamiento que los que están sentados solos en cafeterías de la escuela o en otros lugares de encuentros de la vida real, dice el estudio publicado en la revista oficial del grupo Pediatrics.
Los pediatras advierten que los que sufren depresión podrían buscar consuelo en sitios y bitácoras de contenido peligroso, es decir, que promocionan el abuso droga, prácticas sexuales inseguras y otros tipos de conductas autodestructivas o agresivas.
Tal como en la vida real, la depresión causada por redes sociales puede llevar al suicidio. La historia de Tyler Clementi ha tenido una gran resonancia en el mundo. Este estudiante estadounidense gay se suicidó cuando supo que su compañero de cuarto de la Universidad Rutgers grababa sus citas con otro estudiante varón y las distribuía en video por Internet.
También hay redes sociales que más bien parecen ser versiones en línea de la pared del baño de un colegio y alientan a los usuarios a que intercambien comentarios ofensivos.
Expertos entregaron recomendaciones para que los adultos aconsejen a sus hijos sobre la navegación segura en la Red y estén al tanto de la “depresión debida a Facebook” y el ciberacoso (cyberbullying).