Científicos descubrieron que el cambio climático podría ser responsable a largo plazo del movimiento de las placas tectónicas de la Tierra que provocan los terremotos. A este tema está dedicado un estudio geológico que ha visto la luz en Australia.
El estudio realizado en la India por un equipo de investigación conformado por australianos, alemanes y franceses, revela que los monzones se han intensificado durante los últimos diez millones de años y las lluvias, a su vez, aceleran en un centímetro por año el movimiento de las placas de la litósfera.
Los científicos señalan que ciertos eventos geológicos causados por el movimiento de las placas, tales como la creación de los continentes, el cierre de las cuencas oceánicas o la formación de los cinturones montañosos, pueden influir en el clima durante millones de años y con un efecto retroactivo.
Los terremotos son producto de la presión formada entre las tres capas principales que integran la estructura de la tierra: el núcleo, formado por magma líquido; la capa intermedia y la corteza terrestre, la superficie dura en que vivimos. Esta presión ha fracturado la capa exterior y creado grandes segmentos conocidos como capas tectónicas que, con su movimiento constante a través de miles de millones de años, formaron a su vez montañas y valles. Al acercarse y separarse entre sí, las capas tectónicas han formado grietas activas o fallas sísmicas en varias partes del mundo por donde se disipa esa energía que proviene del núcleo terrestre. De toda esta actividad geológica resultan los terremotos.
La sismología moderna nació en 1755 tras el gran terremoto en Lisboa. A él debemos el entender qué es un terremoto, pues fue el primer seísmo cuyos efectos sobre un área extensa fueron estudiados científicamente.
Lo más difícil es que los terremotos no pueden evitarse ni pronosticarse. Lo único que los seres humanos pueden hacer es prevenir el daño que causan estos fenómenos naturales. El efecto causado por los terremotos depende de su intensidad. Con la alta magnitud los efectos pueden ser devastadores, cuando no hay ninguna posibilidad de proteger a familiares y el hogar como en el caso reciente de Japón o de Haití en 2010 (que provocó una de las mayores catástrofes humanitarias).
Los investigadores consideran que su estudio puede contribuir a entender los efectos del movimiento de las placas tectónicas como los seísmos, y determinar qué regiones son más propensas a ser escenarios de devastadores movimientos telúricos.