La primera exitosa prueba de un láser de combate instalado a bordo de un barco fue realizada por la Oficina de Investigaciones Navales de la Marina de Guerra estadounidense.
Aunque el desarrollo de armas láser se remonta a la década de los 70, siempre fue enfocado hacia los objetivos fijos en tierra o contra misiles, siendo un factor negativo para su uso por la Marina la alta humedad del aire marino.
Los recientes ensayos del Láser de Alta Energía en Estado Sólido (HEL, por sus siglas en inglés) fueron los primeros realizados desde un buque de guerra contra una pequeña lancha.
Según Michael Deitchman, el jefe de la división de guerra aérea de la Oficina de Investigaciones Navales, quien evitó divulgar los datos del alcance real del láser al comentar que se trata de "millas, no yardas", la instalación es capaz de impedir un ataque o activar el rayo en modo no letal, “en el que básicamente queda transformado en una luz muy brillante para que sepan que han sido apuntados".
Aunque la oficina de Investigaciones Navales anunció que fue probado nada más que el concepto y todavía no se sabe dónde serían instaladas estas armas, Graeme Gibbon-Brooks, director de Dryad Maritime Intelligence (empresa privada de seguridad en el mar), ya manifestó su interes en el nuevo desarrollo al afirmar que el láser puede ser usado con éxito contra los piratas somalíes cuyos ataques últimamente se hicieron más violentos.
Impresionado por la demostración, Gibbon-Brooks manifestó que la prueba realizada la semana pasada fue "notable" ya que el rayo fue concentrado a distancia larga y en alta mar a pesar que la embarcación se movía constantemente en el agua.
Hoy en día algunos barcos de carga tienen a bordo agentes privados de seguridad para defenderse contra piratas. De momento disponen sólo de cañones agua y armas de sonido. Sin embargo, estas medidas con frecuencia fallan ante ataques con los veteranos AK-47 y lanzagranadas.
Cabe señalar que los ensayos del láser fueron llevados a cabo la semana pasada por la Armada y la Northrop Grumman como parte de un contrato de 98 millones de dólares.