Chernóbyl y Fukushima, similitudes y diferencias. Parte IV: Consecuencias
Comparando dos desastres nucleares, el de la central de Chernóbyl, Ucrania, en 1986, y el de Fukushima -1, Japón, de 2011 —ambos de nivel 7 de gravedad, el máximo posible— los expertos suelen calificar al de Chernóbyl como el más grave en cuanto a la intensidad de la explosión y la composición de la fuga radioactiva. El de Fukushima se considera más peligroso desde el punto de vista de las consecuencias a largo plazo.
LA COMPOSICIÓN DE LA FUGA RADIOACTIVA Y SUS CONSECUENCIAS
Chernóbyl
Según comentan expertos, después de la explosión del reactor del bloque 4 penetró a la atmósfera "toda la tabla periódica de los elementos".
La fuga más activa tuvo lugar durante los primeros 10 días. Unas 190 toneladas de sustancias tóxicas con una actividad total de 14 exabecquerelios (EBq), es decir, 14 ×1018 becquerelios, contaminaron el aire.
De los 14 EBq, un 50% recayó en gases nobles; 1,8 EBq en yodo 131; 0,085 EBq en cesio 137 (una cantidad 500 veces mayor que la del cesio liberado por la bomba atómica de Hiroshima en 1945); 0,01 EBq en estroncio 90 y 0,003 EBq en isótopos de plutonio.
Durante las primeras semanas después de la avería, el isótopo más peligroso fue el yodo 131. Su período de semidesintegración es relativamente corto, de ocho días, pero como las autoridades soviéticas se abstuvieron de informar a la población acerca de la escala real del evento nuclear la gente no estaba consciente de la amenaza a su vida y no tomó medidas preventivas.
Un cuarto de siglo después, y durante las próximas decenas de años, la mayor peligrosidad recae en los isótopos de estroncio y cesio que tienen un período de semidesintegración de unos 30 años. La concentración más alta de cesio 137 se registra hoy en día en la capa superior del suelo, desde donde penetra en las plantas y setas y de allí a los insectos, animales y humanos.
Según midió Green Peace Rusia en la primavera de 2001, las setas recogidas en la aldea de Naródichi, ubicada a unos 80 kilómetros de la central, contenían cesio 137 en una cantidad que sobrepasaba en 115 veces la norma. La concentración de este isótopo en zanahoria y patatas que crecen en la aldea de Drozdýn, situada a unos 300 kilómetros de la planta averiada, hoy en día es de entre 1,2 y 1,7 veces más alta que la norma. El nivel de contaminación de la mayor parte de ríos y lagos ahora es relativamente bajo, pero en algunos lagos donde el ecosistema es cerrado, la concentración del cesio en el agua y en los peces sigue siendo peligrosa.
Los isótopos de plutonio, por otro lado, quedan en el suelo por miles de años. Como resultado de la desintegración beta del Plutonio 241, en los territorios contaminados se forman isótopos de americio 241. Actualmente, al americio 241 corresponde un 50% de actividad alfa de la zona. A causa de este isótopo, la radioactividad del suelo contaminado seguirá aumentando hasta el año 2060. Se calcula que en 2086 la desintegración alfa en los territorios afectados de Bielorrusia será 2,4 veces más alta que en los primeros días después del accidente en el bloque 4.
Sin embargo, se puede constatar que la central de Chernóbyl estaba situada en un sistema ecológico relativamente cerrado. La difusión de sustancias radioactivas fue "limitada" por las direcciones de los vientos y por la cuenca del río Prípiat, en las orillas del cual está ubicada la planta.
Inicialmente, el viento llevó la nube tóxica hacia el noroeste, pero en unos días empezó a soplar hacia el sur y el sureste. Además, llovió mucho, algo típico para la temporada, por lo que resultaron contaminados un total de más de 200.000 kilómetros cuadrados que incluyen un cuarto de todo el territorio de Bielorrusia, el norte de Ucrania y el oeste de Rusia.
Cinco millones de hectáreas resultaron inutilizadas para la agricultura. Alrededor de la central fue creada una zona de exclusión de 30 kilómetros. Fueron eliminadas y enterradas bajo la tierra decenas de pequeñas aldeas.
Diecisiete países europeos también fueron afectados de uno u otro modo.
Fukushima -1
Por ahora, se informa de la fuga de isótopos de yodo 131 y de cesio 137. La mayor amenaza en Japón es que en este caso no se trata de un sistema ecológico "relativamente cerrado" como en Chernóbyl: grandes cantidades de sustancias radioactivas penetraron en las aguas del océano. Desde el punto de vista de las consecuencias a largo plazo esto es mucho más peligroso.
Las sustancias radioactivas se esparcen por las aguas del océano a través de las corrientes subacuáticas. En una parte esto reduce su efecto inmediato, sin embargo, la mayoría de los materiales tóxicos penetra en los sedimentos limosos del fondo marino y de allí llega a las cadenas tróficas del océano Mundial. Del limo se nutre el fitoplancton, el alimento del zooplancton que a su vez es alimento de crustáceos y peces. En los organismos vivos las sustancias tóxicas se acumulan, provocando su contaminación y mutaciones.
Esto no significa que no se podrá comer solo frutos del mar capturados en las cercanías de la costa japonesa puesto que los peces migran; el océano Mundial es un sistema ecológico unido.
Otro problema es el yodo. Cada uno en su vida cotidiana usa esta sustancia extraída de algas verdeazuladas. Sin embargo, después de la catástrofe de Fukushima, las algas empezarán a acumular yodo radioactivo I - 131.
LEER LAS PARTES ANTERIORES:
LEER LA PARTE I:DISEÑO; QUÉ PASÓ
LEER LA PARTE II. POLÍTICA INFORMATIVA DE LAS AUTORIDADES Y EVACUACIÓN
LEER LA PARTE III: LA COMPOSICIÓN DE FUGA RADIOACTIVA Y SUS CONSECUENCIAS