En un centro de microcirugía ocular de la ciudad rusa de Ekaterimburgo, situada en los Urales, realizaron una operación sin precedentes: los cirujanos le devolvieron la vista a una anciana de 101 años.
Los médicos le quitaron una catarata a Anastasía Parfeniuk, que había permanecido 13 años en absoluta oscuridad. Durante la operación los cirujanos le quitaron el cristalino enturbiado e introdujeron una lentilla artificial en el interior del globo ocular, según explicó Oleg Shilóvskij, el director de la clínica. Al pasar unas 24 horas la paciente ya presentaba buenos índices de visión, informaron los doctores.
Dada la edad de Anastasía, esa operación común y corriente se puede considerar casi un milagro. La anciana se ha convertido rápidamente en la verdadera estrella del centro médico.
Hace poco la mujer ni siquiera soñaba con poder volver a ver. En muchas clínicas le negaron el tratamiento afirmando que una intervención quirúrgica a su edad presenta demasiados riesgos. Fue la hija de Anastasía quien siguió luchando por la vista de su madre.
El secreto de la longevidad de la mujer operada es simple: afirma que se pasó toda su vida trabajando. Sin embargo, nunca se olvidó de cuidar su apariencia. Lo curioso es que lo primero que ha pedido después de la operación ha sido un espejo.
La hija de Anastasía ha prometido que cuando a su madre le den de baja, la llevará a una peluquería. A sus 101 años, Anastasía no ha perdido para nada el interés en continuar viviendo, y no es de extrañar. Ya que lo que le regalaron los médicos no es sólo uno de los cinco sentidos: le han regalado el mundo entero.