Una operación, pero casi sin intervención quirúrgica. No es una paradoja. Los médicos rusos demuestran que en ciertos casos puede ser una realidad. Su operación única, realizada en Moscú y transmitida vía videoconferencia, la han podido ver en directo los participantes del Congreso de Cirugía del aparato digestivo celebrado estos días en Roma.
En este congreso médico, que se celebra cada dos años en la capital italiana, los especialistas rusos presentan en vivo las ventajas de la laparoscopia, uno de los ámbitos más avanzados y prometedores de la cirujía.
La laparoscopia se orienta a las operaciones de los órganos de la cavidad pélvica-abdominal. Con métodos laparoscópicos se tratan actualmente las hernias de la pared abdominal, la úlcera de estómago y de duodeno, el mioma de útero, los tumores cancerosos y otras graves enfermedades de los órganos abdominales.
El mejor experto en laparoscopia de Rusia, el doctor Konstantín Puchkov, quien encabeza el equipo de doctores rusos, explica las ventjas de esta técnica. El nombre del método proviene de dos palabras en griego, que significan ‘vientre’ y ‘mirar’. Esta tecnología permite al doctor llevar a cabo una intervención quirúrgica utilizando pequeñas perforaciones de no más de 5-10 milímetros.
Con la ayuda de una tecnología óptica especial, el cirujano puede ver en una pantalla grande y con una considerable ampliación los órganos y tejidos afectados y realizar una operación con instrumentos diminutos, a través de las perforaciones. Lo principal es que con este método se alcanza una mínima invasión, evitándose la sección quirúrquica, que es una grave lesión para el organismo del paciente.
Cuanto menos estrés recibe ese organismo, más fácil le resulta recuperarse. Después de la operación laparoscópica, los pacientes ya pueden ponerse de pie en un plazo de 5 a 6 horas, lo que le protege de las complicaciones y favorece la rehabilitación posoperatoria.
En el marco del congreso, Konstantín Puchkov realizó una operación laparoscópica de una hernia del tracto intestinal del paciente. Pero es una versión aún más avanzada que aquellas que se practican en otros países.
En lugar de las cerca de dos horas y media habituales, esta operación dura tan solo 40 minutos. Y el paciente puede no solamente caminar, sino también comer ya al día siguiente, e incluso regresar a su casa y recuperar la vida normal en tan corto plazo.