El cementerio de naves espaciales recibe al carguero europeo Johannes Kepler
Anoche el segundo Vehículo Automatizado de Transferencia, el carguero cósmico europeo ATV-2, terminó su misión sobre el océano Pacífico y se convirtió en una estrella ardiente al ser desviado de la órbita para caer en la zona conocida como “el cementerio de las naves espaciales”. El vehiculo se llevó unas 1,3 toneladas de basura tras permanecer cerca de cuatro meces acoplado a la Estación Espacial Internacional.
La zona del hundimiento de las estaciones espaciales y cargueros cósmicos de un solo uso, el así llamado “cementerio de las naves espaciales”, se encuentra en el océano Pacífico, en el 40º paralelo del hemisferio sur cerca de la isla de Navidad, lejos de las vías marítimas y territorios poblados.
Asimismo la historia del “cementerio” cuenta con varias situaciones de emergencia. En 1970 los restos de la estación estadounidense Skylab cayeron en el oeste de Australia, y en 1991 los pedazos de la estación rusa Salut 7 se desintegraron sobre el territorio de Argentina. Ninguno de los eventos causaron víctimas ni destrozos.
En marzo de 2001, durante el desvío de la órbita de la estación internacional Mir, las autoridades de Australia, Japón y Fiyi, países que están considerable alejados del “cementerio”, recomendaron a sus ciudadanos no salir a la calle y quedarse en edificios y otros refugios.
El material destinado al hundimiento son estaciones y naves que han agotado sus recursos y están cargados con varios tipos de basura y desechos producidos por la actividad vital de las expediciones espaciales. Normalmente alcanzan el agua solo los elementos refractarios de las construcciones, que luego se sumergen a una profundidad de unos cuatro kilómetros, después de que la mayor parte de los fragmentos se quemen en las capas densas de la atmósfera.
Anualmente en el “cementerio” encuentran su último retiro varias decenas de ingenios espaciales. Según comentaron anteriormente los representantes del Centro de Control de vuelos de la Agencia Espacial Federal rusa, la práctica de la destrucción de la basura espacial con los cargueros cósmicos no hace daño al medio ambiente de la Tierra.