Tras ponerse en la órbita del asteroide Vesta, la sonda espacial estadounidense Dawn transmitió a la Tierra la primera imagen detallada del cuerpo celeste, tomada a una distancia más corta que nunca.
El ingenio cósmico se convirtió este fin de semana en el primer satélite artificial en el cinturón principal de los asteroides entre Marte y Júpiter al entrar en órbita alrededor de un cuerpo celeste que lo integra. La imagen muestra el relieve del objeto cósmico, que conserva las huellas de los eventos más tempranos en la evolución de Vesta, el segundo objeto de mayor tamaño en ese cinturón, informa el sitio web del Laboratorio de Propulsión reactiva de la NASA.
Se trata de una representación detallada de uno de los últimos mundos no estudiados en el sistema solar, comentó el ingeniero de la misión, Mark Rayman. A su vez el especialista del proyecto Christopher Russel de la Universidad de California en Los Ángeles comentó que empieza el estudio del objeto más antiguo de nuestro sistema planetario que se conserva hasta nuestros días. La sonda tomará imágenes desde varios ángulos, proporcionando material para construir los mapas topográficos de toda la superficie de Vesta.
Los científicos piensan estudiar con una mayor atención el polo sur del cuerpo celeste, donde se encuentra un cráter gigantesco de 458 metros de diámetro y de 12 kilómetros de profundidad. Se cree que muchos meteoritos hallados en la Tierra provienen de una colisión de Vesta con un objeto cósmico desconocido, y el cráter es la huella de aquel tremendo choque. Se supone también que alguna vez Vesta tuvo agua, que es una de las condiciones principales para la aparición de la vida.
La sonda espacial fue captada por la gravitación de Vesta el sábado, cuando ambos objetos estaban a unos 16.000 kilómetros de distancia el uno del otro, y de esa manera se puso en su órbita. Durante el acercamiento, que continuará tres semanas más, Dawn proseguirá con la búsqueda de los posibles satélites naturales de Vesta y el estudio de las propiedades físicas del objeto. La medición de los parámetros de la órbita y de la velocidad de la sonda permitirá medir con precisión la masa de Vesta.
Se espera que la investigación del asteroide permita obtener información sobre las etapas más tempranas de la historia del sistema solar, así como avanzar en la preparación de un vuelo pilotado a un asteroide, algo que la NASA planea para 2025.
Dawn permanecerá en Vesta durante un año, después de lo cual se dirigirá al planeta enano Ceres, para alcanzarlo en febrero de 2015. La sonda se convertirá en el primer ingenio cósmico que tras estudiar un cuerpo celeste abandone su órbita y continúe su funcionamiento con la exploración de otro objeto espacial.