El etanol hecho a base del agave azul, materia prima con la que se produce el tequila, ha sido reconocido como el mejor combustible no contaminante, capaz de reemplazar el consumo de derivados del petróleo. La principal ventaja de esta planta es su capacidad de sobrevivir en condiciones climáticas extremas, en un terreno poco fértil o incluso en el desierto. Para producir biocombustibles sin destruir los bosques lluviosos o competir con otro tipo de cultivos, se propone cultivar agave, una planta que puede crecer en terrenos marginales, comentó un portavoz del Instituto Smithsonian de Estudios Tropicales de Panamá.
Actualmente, la mayor parte del etanol que se utiliza para sustituir los derivados del petróleo se produce a partir de azúcares simples, como la glucosa derivada de los granos de maíz. Sin embargo, esta manera de producción ha recibido muchas críticas, entre las que destacan el aumento del precio del grano hasta niveles récord, sobre todo en EE. UU., y la deforestación (se necesitan 20 millones de hectáreas de maíz para generar un millón de barriles de etanol).
Se ha comprobado que el etanol derivado del agave es un combustible de bajo impacto medioambiental. Según un estudio realizado por Oliver Inderwildi, de la Universidad de Oxford, la producción de etanol a partir de agave emite 35 gramos de dióxido de carbono por cada megajulio de energía, mientras que la fabricación del etanol a base de maíz tiene índice de 85 gramos. La combustión del petróleo lanza a la atmósfera 100 gramos de CO2.