Nuevas fotos de Vesta, el 'padre' de los meteoritos terrestres

La NASA ha presentado nuevas imágenes del asteroide del sistema solar con más masa, Vesta. Vesta es el asteroide más brillante en el cinturón principal de asteroides y es considerado la fuente de la mayoría de los meteoritos que caen en la Tierra.

La NASA ha presentado nuevas imágenes del asteroide del sistema solar con más masa, Vesta. Vesta es el asteroide más brillante en el cinturón principal de asteroides y es considerado la fuente de la mayoría de los meteoritos que caen en la Tierra.

Las primeras imágenes del cuerpo celeste fueron publicadas a mediados de julio. Los científicos comentan que las fotos de ahora, tomadas ya desde una distancia más corta, a unos 5.200 kilómetros de la superficie del asteroide, revelan un terreno muy diverso. El protoplaneta que se remonta a los primeros días del sistema solar presenta surcos alrededor de su cinturón ecuatorial, manchas brillantes, hoyos oscuros y cráteres llenos de inexplicables rayas blancas y negras.

En las fotos se aprecian tres cráteres consecutivos que los científicos no tardaron en tildar de ‘muñeco de nieve’, ya que desde lejos ciertamente lo parecen.

Los especialistas concluyen que el asteroide "no es un cuerpo astronómico uniforme". Se estuvo componiendo unos cinco millones de años después del nacimiento del sol de un cúmulo de gas y polvo que quedó después de la formación de este. Se cree que el proceso, que tuvo lugar hace unos 4.650 millones de años, coincidió con la explosión de una supernova, lo que agregó materiales radiactivos a la creciente masa de Vesta.

Según los científicos, lo más probable es que gracias a este calor adicional el asteroide se derritiera y formara un núcleo interno de hierro, mientras que su corteza exterior fuera de lava solidificada. Comentan: "Diferentes cosas fueron sucediendo en diferentes regiones de la superficie (...). El interior estaba siendo muy activo".

Fue la sonda robótica Dawn la que sacó las imágenes. Para tomarlas, atravesó una ruta de 2.800 millones de kilómetros, lo que le ha llevado a los científicos cuatro años de espera. La sonda orbitará Vesta durante un año, lo que permitirá a los especialistas analizar las características del asteroide en detalle.