Un grupo científico japonés mostró cómo un robot conectado a un sistema de inteligencia artificial resuelve un problema basándose en conocimientos recibidos anteriormente y en su 'experiencia'.
Los investigadores del laboratorio Hasegawa del Instituto de Tecnología de Tokio utilizaron la tecnología llamada SOINN, 'red neuronal incrementable y autoorganizada', un tipo de inteligencia artificial que imita la estructura y funciones del cerebro humano: puede aumentar los conocimientos y es muy efectivo para el aprendizaje.
SOINN recibe la información sensorial no solo del robot en el proceso de su actuación, sino también de Internet y de otros aparatos. Si el androide no sabe cómo cumplir una tarea, puede pedir ayuda a otros robots, que compartirán con él su experiencia y conocimientos.
Para demostrar las nuevas capacidades del robot (para los experimentos fue utilizado el robot HIRO de la compañía Kawada Industries), los científicos le plantearon la tarea de entregar a una persona un vaso del agua fría. El mecanismo tenía solo conocimientos básicos sobre el vaso, el agua y el hielo, y poseía cierta experiencia en el manejo de estas cosas. El robot debía decidir qué acciones debía emprender y en qué orden.
HIRO, al echar el agua de la botella al vaso, tuvo que entender que tenía ambas manos ocupadas y decidir primero poner la botella en la mesa para luego poder tomar un cubo de hielo y echarlo al agua.
Según explicó el desarrollador del robot, Osamu Hasegawa, el intelecto artificial en el mundo actual, en el que la situación cambia constantemente, debe tener un mecanismo de aprendizaje para poder acostumbrarse a nuevas condiciones.
El robot humanoide HIRO se fabrica desde 2009 como una plataforma de investigación que acceleraría la elaboración de los robots designados para la interacción con las personas. La máquina cuesta de 6 a 8 millones de dólares y tiene parámetros humanos: su estatura es 157 centímentos y su peso es 85 kilógramos. Cada mano del androide puede levantar 2 kilógramos de carga.