El lanzamiento fallido de la nave de carga Progress ha alterado la agenda de trabajo en la Estación Espacial Internacional (EEI). Los cosmonautas que tenían previsto volver a tierra a primeros de septiembre, tendrán que quedarse en órbita al menos durante una semana más. La NASA no descarta la posibilidad de trasladar a Tierra a todos los tripulantes de la plataforma orbital.
Un regreso dificultado
Los tripulantes de la expedición 29 (el estadounidense Michael Fossum, el ruso Serguéi Vólkov y el japonés Satoshi Furukawa), que desde el 7 de junio permanecen en órbita, tenían previsto volver a la Tierra el 16 de noviembre. Sin embargo, debido al cambio de agenda es posible que se vean obligados a postergar su regreso. La NASA ya ha advertido que esto podría suponer un problema, ya que la siguiente 'ventana' para realizar un aterrizaje diurno (condición exigida por la NASA), se 'abrirá' sólo en diciembre.
Según explicó el jefe del programa de la EEI en la NASA, Michael Suffredini, en ese caso los tripulantes se quedarían sólo unas semanas más para poder regresar en la Soyuz TMA-02M, cuya vida útil garantizada de 210 días expira a principios de enero. Según Saffredini, otra dificultad añadida viene dada por las severas condiciones climáticas que reinan en diciembre en Kazajistán, donde aterrizan los módulos de descenso de las naves rusas y los astronautas recién llegados son hallados por los equipos de rescate.
Las próximas misiones, ¿en entredicho?
Los astronautas ya saben que tendrán que quedarse en la estación. En su microblog en Twitter, Satoshi Furukawa escribió que espera que los expertos establezcan la causa de los fallos y todo se normalize. El astronauta está dispuesto a continuar con sus investigaciones científicas a bordo.
Sin embargo, los especialistas de la NASA creen que sería más apropiado trasladar a tierra a los tripulantes restantes y suspender el lanzamiento de la Soyuz TMA22 (que vuela con el mismo cohete portador Soyuz U que el carguero averiado).
“Si las Soyuz no están listos para mediados de noviembre, tendremos que dejar la EEI sin tripulación”, indicó Suffredini, no sin antes advertir que si la EEI se queda vacía, podría quedar en poco tiempo fuera del servicio, ya que sin tripulantes su mantenimiento no se sostiene.
El programa no se cancela
Mientras tanto, los pronósticos de los especialistas rusos no son tan pesimistas. Aunque hayan sido aplazados, creen que los lanzamientos previstos para 2011 se acabarán realizando. Este lunes los expertos de Roscosmos informaron que la comisión que investiga el lanzamiento fallido de la nave Progress ya ha establecido las causas del mismo: un fallo del generador de gas que provocó la disfunción de la tercera etapa del cohete Soyuz U.
Una vez la comisión presente sus conclusiones finales y se apruebe la lista de subsiguientes operaciones en la EEI, toda la información será entregada a los socios internacionales [la NASA] para llevar a cabo las correspondientes acciones coordinadas, indicó Roscosmos. Los resultados del trabajo de la comisión se darán a conocer el 6 de septiembre. Para excluir cualquier posible fallo, antes de realizar un vuelo pilotado con un cohete portador Soyuz, serán efectuados dos lanzamientos con vehículos no tripulados.
El vuelo prematuro del Dragon
Los estadounidenses recelan porque tras la suspensión de los lanzamientos de los cohetes Soyuz, no hay otra manera segura de llegar a la plataforma orbital: los transbordadores ya no se utilizan, y los vehículos espaciales rusos están a la espera de recibir luz verde. Al mismo tiempo, para noviembre está planeado el lanzamiento de la nave espacial privada Dragon, de SpaceX. Anteriormente las autoridades de Roscosmos y de la NASA acordaron la posibilidad de realizar un vuelo de prueba del vehículo a la EEI.
Según los requerimientos técnicos, el acoplamiento deben realizarlo dos especialistas preparados de la NASA, pero si para finales de noviembre la estación queda abandonada, es obvio que la maniobra no podrá llevarse a cabo.
En un primer momento se planeó que el ensamblaje lo realizaría el astronauta Daniel Burbank (que tenía que volar el 22 de septiembre) y Donald Pettit (su vuelo fue programado para el 29 de noviembre). Pero, como indica Michael Suffredini, los cosmonautas rusos Antón Shkáplerov y Anatoli Ivanishin, que tienen que volar con Burbank, también han sido instruidos para llevar a cabo esta maniobra y podrían colaborar en su realización.