Miles de tubos metálicos formarán un muro subacuático de 800 metros de longitud alrededor de las instalaciones de toma de agua de la central nuclear japonesa Fukushima-1. La operadora de la planta, Tokyo Electric Powers Co. (TEPCO), decidió obstaculizar así la penetración al océano de las aguas contaminadas de los reactores afectados por el terremoto del pasado 11 de marzo.
Cada tubo tendrá 22 metros de largo y 10 centímetros de diámetro. Instalarlos ocupará cerca de dos años. Una vez construido el 'cerco', será el segundo escudo metálico en la zona. El primero, con un perímetro de 120 metros, y también con uso de tubos y chapas de acero, fue instalado a partir de abril, pero los temores a la contaminación de las aguas persistieron.
“Más de 110.000 toneladas de agua altamente radioactiva permanecen en los sótanos de los bloques energéticos de la central”, informó en una reciente rueda de prensa un portavoz de TEPCO. “Adoptamos medidas por si con el tiempo puede haber un vertido al océano, junto con las aguas subterráneas”. La prevención de la contaminación marítima, reiteró, se encuentra entre los puntos claves de la agenda de la compañía japonesa después de la avería.
Al mismo tiempo, los parlamentarios de Japón decidieron estudiar detalladamente la experiencia de Ucrania en la liquidación de las consecuencias de la catástrofe de Chernóbyl. El presidente de la Cámara de Representantes japonesa, Takahiro Yokomiti, que está de visita oficial en Kiev, pidió a las autoridades ucranianas que permitieran a toda la delegación ver en persona la situación actual en la zona contaminada por el estallido en un bloque de la central atómica de Chernóbyl en 1986. Prometió usar luego las experiencias recolectadas en la nueva legislación que prepara Japón a raíz del desastre de Fukushima.
Mientras tanto, los planes del ejecutivo nipón acerca del uso de la energía termonuclear en el futuro, se inclinan a favor de cancelar la construcción de nuevas centrales y clausurar gradualmente las que están en servicio. El nuevo primer ministro Yoshihiko Noda hizo dos importantes declaraciones al respecto. Dijo que la energía atómica es necesaria para que el país se recupere tras el peor terremoto en su historia. Pero a renglón seguido, indicó que “la edificación de nuevas centrales atómicas en el país es problemática desde un punto de vista real”.
Tan sólo 11 de los 54 reactores atómicos en Japón elaboran actualmente energía eléctrica. El resto, más del 79%, están paralizados por averías, simple precaución o revisiones.