Las lámparas de luz artificial afectan de forma negativa al sistema inmunológico, perturban nuestro reloj biológico y disminuyen la capacitad del organismo para combatir los tumores, según reveló un grupo de científicos de Israel, EE. UU. y Italia.
Los especialistas han llegado a la conclusión de que la luz artificial disminuye la secreción de melatonina, hormona que participa en una gran variedad de procesos celulares, neuroendocrinos y neurofisiológicos. Entre los factores que modulan la secreción de melatonina destacan el estrés, la edad y el fotoperíodo. El nivel de secreción de dicha hormona varía según los cambios en la iluminación ambiental.
Normalmente, la producción de melatonina es inhibida por la luz y estimulada por la oscuridad. Es por ello que a la melatonina se la denomina "la hormona de la oscuridad". La secreción de melatonina alcanza su pico en medio de la noche, y cae gradualmente durante la segunda mitad de la noche.
Según los especialistas, las lámparas con diodos y lámparas halógenas son las más perjudiciales, razón por la que los científicos insisten en que los consumidores deben disponer de información completa sobre el perjuicio que estas lámparas y tener la oportunidad de elegir.