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La radiación de Chernóbyl bajo llave

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En Ucrania, en la zona de exclusión de Chernóbyl, comienza la construcción de un depósito para almacenar los residuos radiactivos durante 50 años como mínimo. Entre otras medidas se destaca la edificación de un nuevo sarcófago en esta central atómica.

En Ucrania, en la zona de exclusión de Chernóbyl, comienza la construcción de un depósito para almacenar los residuos radiactivos durante 50 años como mínimo. Entre otras medidas se destaca la edificación de un nuevo sarcófago en esta central atómica.

Cientos de ingenieros están realizando esta obra de 105 metros de altura y 150 de longitud. El edificio superará el tamaño de un campo de fútbol. Se trata de una nueva estructura de aislamiento de la paralizada central nuclear de Chernóbyl.

En 2007 una compañía francesa obtuvo el permiso para proyectar un nuevo sarcófago sobre la cuarta unidad, donde tuvo lugar el tristemente célebre accidente del año 1986.

La explosión de un reactor se convirtió en la peor catástrofe nuclear de la historia y ahora Europa está dispuesta a invertir para evitar que se repita. Muestra de ello es la financiación de los costos de las obras que se elevan a unos 700 millones de dólares.

“No será tan sólo un armazón sino un complejo tecnológico. Adentro se instalarán grúas multitecnológicas. No será una medida definitiva. Gracias a esta estructura podremos seguir trabajando en el interior de la central en un ambiente seguro”, explica Yulia Marúsich, empleada de la central de Chenóby.

Actualmente, la unidad está cubierta por otra estructura de clausura que se construyó pocos meses después del desastre en la central atómica. Por aquel entonces, se estimaba que su vida útil sería de unos 20 años, cifra que se ha extendido 5 años. Los expertos no coinciden en sus pronósticos sobre cuánto material nuclear encierra actualmente la instalación.

“Creemos que el combustible nuclear que se encuentra dentro ha dejado de ser una masa sólida. Lo más probable es que se haya estratificado en tres capas. Por lo tanto si le pasara algo al sarcófago se podría producir un estallido igual de potente que una explosión nuclear”, afirma el diputado del Parlamento ucraniano Vladímir Yavorivski.

Se espera que el nuevo sarcófago, que terminará de construirse en 2015, tenga una vida cercana a los 100 años. Pero la pregunta sobre el destino de la central de Chernóbyl sigue abierta. Muchos creen que se debería desmontar aprovechando esta estructura, pero otros, en cambio, subrayan que por ahora no se disponen de tecnologías suficientes que permitan hacerlo con total seguridad.

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