La superficie de la capa de hielo del Ártico continúa disminuyendo con rapidez, lo que podría llevar a su total desaparición durante la estación estival para el año 2100, según un estudio realizado por el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Estados Unidos (NSIDC).
Los científicos del centro, que colaboran con la NASA, registraron un notable retroceso de la capa de hielo en septiembre, mes que se toma como referencia por establecer el mínimo anual. El deshielo casi llegó al nivel del año 2007, cuando se recogieron los peores datos al respecto.
Según las conclusiones del estudio, la superficie helada del Ártico en septiembre abarcaba 4,33 millones de kilómetros cuadrados, lo que supone 2,43 millones menos que la media entre 1979 y 2000. Desde entonces, la capa ha descendido un 12% por década.
“El hielo marino no sólo esta reduciéndose, sino que el ritmo de descenso es cada vez más rápido”, alerta Joey Comiso, investigador de la NASA. “Lo más preocupante es que el hielo más viejo y grueso está disminuyendo más rápido que el resto, haciendo a la capa de hielo perenne más vulnerable”, señaló. Los científicos también alertan que los índices de deshielo de los últimos años superan los pronósticos a largo plazo calculados con anterioridad.