En todo el planeta sólo hay cuatro lugares donde los leones marinos se acercan a los humanos. Aunque esta proximidad no sea siempre segura para ellos.
La cama de otarios que se puede ver en el vídeo se sitúa en el Lejano Oriente de Rusia y los científicos temían que pudiera quedar vacía durante todo el invierno debido a los malostratos a que son sometidos los animales. Pero estos no sólo aparecieron ahí, sino que lo hicieron un mes antes de lo esperado, causándo sorpresa a los estudiosos, ya que no saben explicar este fenómeno.
“Antes solían venir aquí a finales de noviembre y después a finales de octubre. Pero este año vi a algunos desde septiembre”, dice el biólogo marino Vladímir Vertyankin.
Lo que más impactó a los biólogos es que los leones marinos regresaran a pesar de ser agredidos. Algunos de los visitantes del lugar les lanzan petardos y botellas e incluso los mataban. Los científicos insisten en la necesidad de acondicionar el muelle de una manera segura, pero el financiamiento estatal no alcanza para hacerlo.
“Pensamos investigar para lograr que el lugar se convierta en parque nacional para preservar el hábitat de estos animales. El resto del dinero lo usaríamos para colocar dos cámaras web, poner una valla e indicadores informativos. Es todo lo que podemos hacer con esta cantidad de dinero”, dice Nina Borodiná, jefa del Servicio Federal de Control de Recursos Naturales.
Los mamíferos ya empezaron a abandonar esta cama y a trasladarse a la zona de repurificación de agua residual, ya que a pesar de la contaminación, allí se sienten seguros.
“Aquí están tranquilos porque es un recinto. Por eso últimamente cerca de 200 animales habitan aquí”, comenta Serguéi Malkov, funcionario de la planta de repurificación de agua residual.
Buscando una solución a la violencia contra los leones marinos, los especialistas afirman que la legislación rusa en cuanto a la cuestión no es completa ni efectiva.
“Estados Unidos posee una base legislativa bastante sólida y toda clase de actitud semejante se castiga con multas grandes. Y la nueva generación de norteamericanos tiene esto en cuenta, pero en Rusia no se pueden probar estos actos ni castigarlos”, opina la ecóloga Alexandra Filátkina.
Una de las medidas que podrían servir para proteger a los animales en este muelle es la construcción de un mirador que permita a los turistas contemplar a los leones marinos sin acercarse a ellos. Pero si no se logra una solución rápida, ese mirador sólo servirá para observar las olas del océano.