Investigadores argentinos hallaron en la Península Antárctica una vértebra de un saurópodo, perteneciente a un extenso grupo de dinosaurios herbívoros, que vivían entre 210 y 65 millones de años atrás.
Los saurópodos, de los cuales los más famosos son los diplodócidos y los braquiosáuridos, eran reptiles de enormes proporciones, con cuello largo, cabeza pequeña, patas gruesas y una cola robusta. El hallazgo indica que antiguamente estos gigantes habitaban en cada continente de la Tierra.
La investigadora Ariana Paulina Carabajal del Museo Municipal Carmen Funes de la ciudad de Plaza Huincul, en el sur de Argentina, explicó que se habían hallado fósiles de saurópodos en todas partes del mundo, salvo en la Península Antártica.
Sin embargo, el reciente descubrimiento no es el primer fósil de un dinosaurio hallado en el Continente Blanco. En 1986 allí fueron encontrados restos de un anquilosaurio y luego se encontraron fósiles en varias ocasiones, pero mucho menos que en otras partes del mundo.
Realizar excavaciones en la Península Antártica es bastante difícil debido a las desfavorables condiciones del trabajo. Además, el ciclo diario de congelamiento y enfriamiento puede destruir con el tiempo incluso los fósiles más sólidos.
Durante la última excavación, especialistas argentinos encontraron además restos de reptiles marinos, peces e invertebrados.
Los expertos afirman que con una sola vértebra no se puede establecer a qué especie pertenecía el saurópodo. Lo único que se entiende es que el animal fue un representante del género de los titanosaurus. Estos saurópodos, que habitaban en toda América del Sur, pesaban hasta 100 toneladas y estaban cubiertos de escamas.
En los tiempos de los saurópodos, la Antártida estaba conectada con América del Sur y Australia, por lo que los reptiles podrían haber migrado fácilmente. Además, los territorios antárticos se hallaban más al norte que su ubicación actual. Aunque el clima no era especialmente agradable, fue más templado, indican los investigadores.