El antropólogo peruano Renato Dávila Riquelme ha revelado el hallazgo de dos momias, una de las cuales -asegura- no tiene características humanas.
El director del Museo Etnológico Ritos Andinos, ubicado en el distrito de Andahuaylillas, provincia de Quispicanchi (Cusco) aseguró que a pesar de que los esqueletos fueron descubiertos hace dos años en una tumba ubicada a más de 3.250 metros de profundidad, el hallazgo no sido revelado hasta ahora.
“Es un ser de 50 centímetros de estatura que no coincide con ningún estereotipo humano. Tiene la cabeza triangular, la cavidad de los ojos es demasiado grande y voluminosa. Tiene una especie de aletas en el maxilar inferior que no existe en ningún grupo étnico en el mundo” explica.
“Lo que llama aún más la atención es que tiene la fontanela abierta [algo propio de infantes de corta edad] y tiene muelas de juicio y molares, lo que tampoco coincide con las características de ningún ser humano”, agrega Dávila.
Además, dos médicos, uno español y uno ruso, que estaban de turismo, coincidieron en señalar que, físicamente, las momias no se corresponden a las de un ser de la tierra. Sin embargo algunos arqueólogos aseguran que aún es temprano para adelantar opiniones antes de obtener los resultados de los estudios especializados que se están realizando.
Por ejemplo, el doctor Alfonso Sánchez Hermosilla, antropólogo forense del Instituto de Medicina Legal de Cartagena, está convencido de que el asunto del alienígena es una farsa. “Se trata de un bebé de pocos meses, con una grave malformación congénita que sin duda le acarreó la muerte poco después de nacer. La forma del cráneo se debe a una hidrocefalia congénita, una de sus muchas malformaciones”, afirma.
“El hueso frontal dividido en dos es normal en un bebé, pero además, el 10% de la población mundial, en todas las etnias, los conserva en la edad adulta. [...] La presencia del denominado hueso epactal o hueso inca, confirma su origen étnico amerindio. La presencia de dientes, que por cierto son de leche, y no definitivos, no es infrecuente en recién nacidos, sobre todo en el contexto de malformaciones congénitas severas”, subraya.
Algunos historiadores explican que la malformación del cráneo podría ser una influencia de la Cultura Paracas (civilización situada a lo largo de la costa sur central del Perú) en los antiguos habitantes de la zona del Cusco. Durante la existencia de aquella cultura era habitual la práctica de las trepanaciones y deformaciones craneales, cuya explicación ha generado un sinnúmero de teorías.