Un análisis del clima del Ártico de los últimos 1.500 años realizado por científicos norteamericanos indica que la disminución de la superficie de los hielos polares está directamente vinculada con la actividad humana.
Los investigadores aplicaron por primera vez a la región del Ártico un modelo que usan los climatólogos para recrear el régimen térmico en la superficie de la Tierra para períodos de varios miles de años. El resultado del estudio no deja margen a la duda sobre el claro impacto del hombre sobre el clima.
El hombre rompe el hielo
Según el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Estados Unidos (NSIDC), durante el período de observaciones regulares realizadas a partir de 1979, la superficie de los hielos polares en los períodos de verano se redujo en un tercio. El mínimo fue alcanzado en septiembre de 2007, cuando se registraron solo 4 millones de kilómetros cuadrados, es decir, casi 3 millones de kilómetros cuadrados menos que el valor promedio para el período entre 1979 y 2000.
Los autores de este informe, que fue publicado en la revista 'Nature', indican que todavía no se ha podido dar una respuesta concluyente a la pregunta sobre sí estas oscilaciones de la superficie de hielos son anómalas, ya que los cálculos normalmente se basaban en los datos correspondientes a períodos cortos, de no más de medio siglo.
Pero ahora los investigadores utilizaron índices claves, tales como los límites de la propagación de los hielos, datos retrospectivos sobre la temperatura atmosférica recreados a partir de los anillos de árboles o estudios de los yacimientos del fondo de los lagos árticos para establecer un modelo que permita 'recuperar' la historia del clima y recrear los cambios en la superficie de hielos.
La conclusión es triste. Los autores del estudio indican que la escala de la disminución progresiva de la capa de hielo ártico no tiene precedentes en los últimos 1.450 años, lo que significa que la causa de esta es el calentamiento provocado por la actividad humana.
Desastre natural cotidiano
Mientras, de cara a la cumbre de Durban, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (Ipcc, según sus siglas en inglés) de Naciones Unidas publicó las principales conclusiones del informe sobre el riesgo de fenómenos climáticos extremos en el siglo XXI.
Según el resumen del informe, cuya publicación está planeada para febrero del próximo año, si las emisiones de gas carbónico no disminuyen como mínimo en dos veces, los fenómenos anómalos se convertirán en algo habitual y el daño a la salud humana y la economía mundial causado podría convertirse en el problema principal de la humanidad.
Los especialistas advierten que el aumento de catástrofes naturales, sequías e inundaciones depende considerablemente de la escala de las emisiones de los gases de efecto invernadero. En el peor caso el aumento de los fenómenos catastróficos puede aumentar en un factor de diez en la mayoría de las regiones del mundo.
El pacto que sustituya al Protocolo de Kioto, que expira al próximo año y que tiene por objetivo reducir las emisiones de gases que causan el cambio del clima de la Tierra, debe ser alcanzado en la próxima Cumbre del Cambio Climático (COP-17) de la ONU, que tendrá lugar en Durban (Sudáfrica) del 28 de noviembre al 9 de diciembre.