En EE. UU. se repite el bloqueo masivo de páginas de Internet acusadas de piratería por las autoridades norteamericanas: cierran unos 150 sitios que supuestamente vendían mercancías falsificadas, principalmente ropa.
Ahora los visitantes de esos dominios se encontrarán con un aviso que recuerda que la violación de los derechos de autor es un delito federal que implica penas de prisión y multas para sus infractores.
El bloqueo coincidió con el llamado 'Ciberlunes' (el día después del puente del Día de Acción de Gracias y dos días después del comienzo de las rebajas navideñas, conocido como 'viernes negro'), cuando se produce un aumento de las compras también en las tiendas que operan a través de Internet. Hace nueve meses, las autoridades también cerraron más de 80 páginas domésticas y extranjeras, acusadas de vulnerar la propiedad intelectual.
La 'censura' de la SOPA
La operación se realizó simultáneamente a los debates en el Congreso sobre un proyecto de ley para la lucha contra la piratería en Internet, la Stop Online Piracy Act (SOPA). Si la ley se aprueba, terceras personas podrán bloquear sitios web sin la necesidad de una orden judicial, en el caso de que sospechen que esas páginas publican o difunden contenidos sin licencia. A su vez, los buscadores estarán obligados a excluir la página en cuestión de los resultados de búsqueda.
Muchos especialistas e internautas consideran que la ley afectará negativamente a la libre circulación de contenidos en la red global y que es una manifestación de la censura estatal en Internet. Incluso gigantes de Internet y de las nuevas tecnologías como Google, Facebook y Twitter han firmado una carta abierta en la que expresan su preocupación por la severidad de la ley.
"El remedio será peor que la enfermedad", porque le otorgaría al Departamento de Justicia amplios poderes para controlar los contenidos de los sitios, sostiene el vicedecano del Colegio de periodistas Cubano-Americanos, Eladio José Armesto.
Una estrategia 'anti WikiLeaks'
La SOPA permitiría también bloquear los recursos económicos para las páginas sospechosas impidiendo los pagos en línea que reciben. Esta es una estrategia que ya se aplicó para minar el potencial de la página de WikiLeaks, que reveló numerosos cables diplomáticos. Recientemente, Washington ha exigido a este sitio que borre los materiales en su poder sobre la actividad de EE. UU.
El fundador del portal, el australiano Julian Assange, destacó en una videoconferencia que Internet se ha transformado en una "máquina de vigilancia", donde circulan muchos datos confidenciales sobre las personas mientras que los gobiernos y las organizaciones poderosas ocultan una enorme cantidad de información sobre sus propias actividades.