En el Oriente Lejano de Rusia, finalizó la construcción de un centro de rehabilitación para los tigres de Amur y otros animales, que figuran en el Libro Rojo Internacional de especies en peligro, y pronto recibirá a sus primeros "pacientes".
Las organizaciones ambientalistas locales comenzaron a recaudar fondos en septiembre de 2010, apremiados por la necesidad de construir de manera urgente un centro de rehabilitación de tigres. En enero de 2011 fueron terminadas las primeras jaulas, gracias al financiamiento aportado por el programa federal de estudio y protección del tigre de Amur.
Estos recintos están edificados en un terreno de tres hectáreas, que lo convierten en el mayor centro de este tipo en Rusia. Sus instalaciones permitirán preparar a los animales lesionados o enfermos para la vida en la naturaleza. En el territorio del centro de rehabilitación de los tigres también se llevarán a cabo actividades científicas.
Según explicó un representante de la organización estatal 'Inspección Especial Tigre', que se responsabiliza de las acciones de la conservación de esta especie amenazada, en el centro también atenderán a otros animales, en particular, el leopardo de Amur (del Oriente Lejano). Esta especie es una de las más raras en el planeta: quedan no más que unos 30 ejemplares del majestuoso felino.
Cada año crece el número de cachorros huérfanos de tigre de Amur. Los mayores 'depredadores' que amenazan a este rey del bosque de Oriente Lejano provienen de la especie humana, ya que son los cazadores furtivos. La población de tigres en el territorio de Rusia cuenta con cerca de 450 ejemplares, mientras que en el resto del mundo no hay más de 6.500.
Los protectores de los animales y del medio ambiente ruso organizan diferentes actos y movilizaciones para llamar la atención de la sociedad sobre el problema de estos felinos en vías de extinción.
Hace un año, Rusia acogió la Cumbre del Tigre enfocada a la conservación de este animal. Fue la primera reunión de alto nivel de los líderes de países donde habita este animal. Desde aquél entonces, los esfuerzos de las organizaciones ecologistas de los países que tomaron parte en la cumbre, ya dieron sus frutos en la prevención de la caza furtiva y la educación en el ámbito de la protección del tigre.