El artefacto cósmico Voyager 1 ha viajado durante más de 30 años, se encuentra en la frontera del Sistema Solar y podría llegar al desconocido espacio interestelar en cuestión de meses.
Los científicos esperan conocer los nuevos datos emitidos por la Voyager 1 para confirmar el momento en el que la sonda, lanzada en 1977, salga de la heliosfera, zona hasta la que llegan las partículas energéticas emitidas por el Sol y que protege a los planetas de la radiación del espacio exterior.
La Voyager 1 ya ha recorrido casi 18.000 millones de kilómetros y según el comunicado de la NASA, podría superar la burbuja de la heliosfera y la influencia de su campo magnético en "unos pocos meses o años".
"Hemos descubierto que el viento solar es lento en esta región y sopla de forma errática. Por primera vez, incluso se mueve hacia atrás. Estamos viajando por un territorio completamente nuevo", dijo Rob Decker, uno de los responsables de los instrumentos de medida de la sonda.
Los datos provienen de los sensores de la sonda, que han detectado un aumento de la intensidad del campo magnético ya que se encuentra al borde de la heliosfera, donde las radiaciones del espacio interestelar comprimen los límites de la zona de influencia del Sol.
La Voyager 1 lleva un mensaje sobre la humanidad y su ubicación en el Universo y mide las radiaciones entrantes y salientes para determinar su paso por las fronteras del sistema solar.
Desde mediados del 2010, la sonda ha detectado una reducción de las partículas energéticas emitidas por el Sol, que ahora son dos veces menos abundantes que en los cinco años anteriores, mientras que también ha registrado un flujo cien veces mayor de electrones provenientes del espacio interestelar.