El mar Muerto podría desaparecer del mapamundi en un futuro próximo debido al calentamiento global y la incidencia de los factores humanos, según pronosticó esta semana la comunidad científica. Mientras tanto, la XVII Cumbre sobre Cambio Climático (COP-17) de la ONU en Durban (Sudáfrica), que se clausura este viernes, no ha dado ningún resultado positivo debido a la crisis económica mundial, el colapso de zona de euro y la oposicion de China, EE.UU. e India a la renovación del Tratado de Kyoto.
El mar Muerto se puede morir
Un grupo de científicos de varios países alertó esta semana que el mar Muerto podría secarse a causa del calentamiento global. Los especialistas han llegado a esta conclusión en el marco de un estudio para sondear el subsuelo del mítico mar en el marco de un proyecto para investigar las condiciones climáticas que había en la Tierra hace medio millón de años.
La Conferencia anual de la Unión Geofísica estadounidense (American Geophysical Union, AGU, según sus siglas en inglés), celebrada en San Francisco, reveló que las muestras del lecho de este lago extraordinariamente salado permiten concluir que éste se secó hace 120.000 años, lo que, según los expertos, es una prueba de lo árida que la región puede llegar a ser en períodos como el actual.
Además, el nivel del mar Muerto desciende rápidamente debido en parte al uso de sus aguas por la población de Israel y Jordania, países ribereños del lago a los que la AGU pide que racioner sus recursos hídricos.
“Soy geólogo y no profeta. Pero la combinación de estos dos factores –los cambios climáticos naturales y las actividades humanas en la zona del mar Muerto– podrían conducir a una catástrofe”, asegura Moti Stein, investigador del Instituto Geológico israelí.
Calentamiento global: ¿mito o amenaza real?
“Nuestra ciencia es sólida y demuestra, inequívocamente, que el mundo se está calentando y que este aumento de temperatura es atribuible a las actividades humanas", señaló este martes en la cita en Durban Michel Jarraud, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM)
La declaración anual de la OMM sobre el estado del clima mundial, presentada en la COP17, dejó mudo al auditorio con dos pruebas concluyentes sobre los efectos del calentamiento global. El primer dato presentado por Jarraud resalta que 2011 ha sido un año especialmente tórrido: las temperaturas del año en curso fueron las décimas más altas desde que comenzaron los registros en 1850. El experto añade que los 13 años más cálidos se encuentran entre los últimos 15 años transcurridos desde 1997. Por su parte, la extensión del Mar Ártico en 2011, ha sido calificada como la segunda más pequeña, con el volumen más bajo en términos absolutos.
“La tarea de nuestro organismo es ofrecer datos y conocimiento científico a los gobiernos para ayudar a tomar las decisiones correctas para el futuro del planeta”, agregó Jarraud, que recordó recientes episodios climáticos relacionados con esta tendencia: los calores extremos en Rusia, que fueron los más altos en los últimos 60 años en dicho país, las sequías en África oriental, en las islas del Pacífico ecuatorial central y en el sur de los Estados Unidos, y las crecidas sobrevenidas en el sur de África, Australia oriental y sur de Asia.
Salvar el Protocolo de Kioto en Durban “sería un milagro”
Mientras tanto, resulta evidente que la COP-17, que ha reunido a unos 20.000 delegados de 194 países entre el 28 de noviembre y el 9 de diciembre, no podrá salvar el Protocolo de Kioto que limita las emisiones de gases de efecto invernadero, que expira al próximo año. La cumbre tampoco ha logrado encontrar el camino adecuado para preparar su prolongación.
La posición de Rusia y de Japón pasa por no renovar el antiguo tratado si China, India y EE. UU. se abstienen de asumir los mismos compromisos. Los países en desarrollo han reiterado que es importante que se alcance un acuerdo vinculante en la COP-17, pero que se debe tener en cuenta la responsabilidad histórica de los países industrializados.
Según expertos, en la India, donde entre 400 a 500 millones de personas luchan a diario por la supervivencia, el Gobierno teme que la protección del clima obstaculice el desarrollo económico.
“Sabemos que no se acordará un segundo Protocolo de Kioto en Durban. Eso sería un milagro”, comentó Achim Steiner, el director Ejecutivo del Programa de la ONU para el Medio Ambiente.
La cumbre en Durban confirmó una vez más que los dos países más contaminantes, China y EE. UU., son reacios a prorrogar el tratado. Ambos países mantienen la postura "de no hacer ningún cambio mientras el otro país no ceda en algo". Mientras tanto, ahora parece que es Canadá la que ‘zarandea el barco’.
La crisis como “excusa” para no defender la Tierra
Jo Leinen, que encabeza la delegación del Parlamento Europeo en la COP-17, criticó duramente a China y EE. UU. por obstaculizar el consenso sobre Kyoto. “Con ésta, ya son tres conferencias del clima en las el partido de ping-pong entre China y Estados Unidos bloquea todo el proceso”, lamentó Leinen. Según el delegado europeo, en EE. UU. “impera la superabundancia, el ‘american way of life’, que muchos temen perder en caso de un acuerdo.
Entre China y EE. UU. suman el 40% de dióxido de carbono (CO2) mundial, mientras que los 27 países de la Unión Europea no llegan siquiera al 12% de la producción de CO2 mundial. No obstante, los países europeos que más defienden el Protocolo, se hallan tan afectados por la crisis financiera que parecen haber cambiado de planes en lo que atañe a sus contribuciones al Fondo Verde, que no aparece ya entre sus prioridades.
Sin embargo, los ecologistas creen que hay que considerar la crisis actual como una oportunidad para impulsar proyectos ecológicos como "los programas de crecimiento e inversiones para reducir las emisiones de carbono y proyectos energéticamente eficientes", propone Leinen.
“La crisis no debe ser una excusa para ser complacientes con la protección del clima”, remachó el jefe de la delegación del Parlamento Europeo en la COP-17.