Nuevos cálculos astronómicos muestran que el núcleo del planeta Júpiter podría haberse 'derretido' como resultado de las altas temperaturas y las presiones que se formaron dentro del gigante gaseoso.
De esa manera, el planeta más grande del sistema solar, con una masa que supera en más de dos veces la de otros planetas, pudo haber perdido al menos una parte de su núcleo. El fenómeno podría haber sido provocado por los mismos gases de hidrógeno y helio que formaron en su origen este cuerpo celeste gaseoso, según investigadores de la Universidad de California en Berkeley.
Aunque los científicos llaman a Júpiter 'gigante gaseoso', hay que tener en cuenta que una enorme presión provocada por la gravedad de Júpiter condensa la mayor parte de su hidrógeno, convirtiéndolo en un determinado líquido metálico conductivo.
Los planetólogos Hugh F. Wilson y Burkhard Militzer hicieron un modelo que les permitió entender qué pasa cuando el óxido de magnesio, el componente clave de la parte rocosa del núcleo jupiteriano, se sumerge en un líquido semejante. Este líquido, compuesto de hidrógeno y helio, tiene una temperatura de cerca de 16.000 K (grados Kelvin), lo que supera la temperatura del Sol y la presión de hasta 40 millones de atmósferas.
Los científicos calcularon que el óxido se disolvería en tales condiciones, por no hablar del hielo, que también integra el núcleo de Júpiter. Los expertos suponen que este hallazgo podría brindar importantes datos acerca del estado del núcleo del gigante gaseoso. Sin embargo, los planetólogos indican que todavía se desconoce exactamente cómo cambió Júpiter con el paso del tiempo y, en particular, la velocidad de la posible erosión del núcleo.
El descubrimiento permite sugerir que los planetas extrasolares de mayor masa podrían carecer completamente de núcleo como resultado de procesos semejantes.