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Nuevo servicio de iPhone: si faltas al gimnasio, pagarás por ello

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Ahora, faltar al gimnasio tendrá consecuencias más palpables que los simples remordimientos de conciencia. También se notará en la cartera de los más perezosos. Una nueva aplicación para los teléfonos inteligentes iPhone impone sanciones económicas a los usuarios que no van al gimnasio cuando se
Nuevo servicio de iPhone: si faltas al gimnasio, pagarás por ello

Ahora, faltar al gimnasio tendrá consecuencias más palpables que los simples remordimientos de conciencia. También se notará en la cartera de los más perezosos. Una nueva aplicación para los teléfonos inteligentes iPhone impone sanciones económicas a los usuarios que no van al gimnasio cuando se han comprometido a hacerlo y ofrece bonificaciones en caso de cumplir con lo establecido.

El servicio se basa en los sistemas de geolocalización y los propios usuarios son los que establecen la frecuencia con la que se han propuesto visitar el gimnasio, así como la cuantía de las sanciones que recibirán, con un mínimo de cinco dólares por ‘falta’.

El servicio cuenta con un listado de gimnasios que establece la localización de 40.000 establecimientos de este tipo y requiere del usuario realizar un registro cada vez que acude a su centro deportivo, con el fin de demostrar que ha cumplido con su compromiso y  evitar así sanciones.

La curiosa aplicación se promociona afirmando que todos aquellos que acudan al gimnasio cuando se han propuesto hacerlo, recibirán bonificaciones que correrán a cargo de todos los que no cumplen con sus propias promesas. De hecho, el sistema funciona de ese modo: al final de cada semana, se hace un recuento de todo el dinero recaudado a costa de los perezosos y éste se reparte entre todos los que no se han dejado arrastrar por la desidia.

El programa cuenta además con funciones para establecer cambios en las sanciones o la paralización temporal del servicio por causa mayor, como lesiones o compromisos de cualquier tipo que impidan al usuario cumplir con su promesa de estar en forma.

Por lo general, para todos aquellos que no son apasionados al deporte de salón, la promesa de ir al gimnasio no se cumple mucho más allá de las primeras semanas o, a lo sumo, los primeros meses. Con el nuevo método, quizás tengan una motivación extra en el posible beneficio económico o una justificación más para acallar su conciencia: no cumplen con su promesa, pero al menos están pagando por ello.  

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