La caída de la sonda espacial rusa Fobos-Grunt fue provocada por una tormenta solar y no por radares estadounidenses. A tal conclusión ha llegado la comisión especial rusa encargada de investigar todas las circunstancias de la desviación del aparato y de la tercera etapa del cohete portador.
La comisión relacionó el lanzamiento realizado el 9 de noviembre pasado con la tormenta solar del día 4 de ese mes, cuyas consecuencias registraron distintos observatorios y estaciones meteorológicas terrestres durante varias semanas. Este fenómeno estuvo acompañado por una potente expulsión de plasma procedente de la corona solar. Su masa total llegaba a mil millones de toneladas, según las mediciones de los físicos del equipo.
"Así, no se excluye que el aparato espacial ruso se viera, por una casualidad trágica, en medio de una nube de plasma", comunicó uno de los científicos, citado por la agencia de noticias Interfax. Si Fobos-Grunt hubiera sido lanzado después del 9 de noviembre, hoy estaría en su camino hacia el Planeta Rojo". Esta es la versión principal de la comisión, afirmó, mientras que la de un probable impacto del radar ubicado en las islas de Marshall no se confirmó.
El aparato interplanetario fue lanzado desde el cosmódromo de Baikonur (en Kazajistán) para tomar muestras de la superficie de un satélite marciano. La primera etapa del vuelo transcurrió sin contratiempos pero luego la sonda no alcanzó la órbita necesaria para la futura misión a causa de un fallo técnico. La sonda se quemó en las capas superiores de la atmósfera, tras lo cual sus fragmentos se precipitaron al océano Pacífico el pasado 15 de enero.