Astrofísicos estadounidenses confirmaron sus teorías. La explosión de una estrella de neutrones en el centro de nuestra galaxia (en el globular Terzan 5) siguió el modelo predicho.
Los resultados fueron publicados en la revista The Astrophysical Journal por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de McGill de Minnesota, quienes revisaron los datos del satélite estadounidense Rossi X-ray Timing Explorer (RXTE) y encontraron que la estrella explotó exactamente como predice el modelo.
Las estrellas de neutrones suelen producirse tras el colapso de una estrella supergigante que agotó el combustible de su núcleo y explotó como una supernova. Estos remanentes estelares casi enteramente consisten de neutrones y tienen una gran densidad.
Los investigadores centraron su atención en la superficie extremadamente frágil de las estrellas de neutrones. Durante el aumento del plasma de la estrella supergigante, su masa 'cae' a la estrella de neutrones como si en un hoyo del tamaño de una moneda cada segundo se derramaran hasta cien kilogramos de plasma. Así, en la superficie de una estrella de neutrones se acumula una capa de combustible, donde en algún momento empieza la reacción de la fusión termonuclear.
Los científicos han desarrollado modelos que predicen el modo del estallido de una estrella de neutrones basándose en la cantidad de plasma que se acumula en su superficie. Mientras más plasma son más intensas las explosiones y la radiación. Durante el aumento máximo de plasma, la fusión nuclear tiene que ser estable, sin grandes explosiones. Sin embargo, las observaciones de rayos-X de casi un centenar de explosiones de estrellas de neutrones desde finales de los 70 no habían confirmado la teoría.
Solo a finales del 2010, el satélite RXTE detectó un aumento de rayos-X en el sistema binario del Terzan 5. El análisis mostró que los rayos X de una estrella de neutrones de este sistema, siguió el modelo de reacción a baja velocidad: los datos del satélite mostraron grandes picos separados por largos períodos de baja actividad.
Para sorpresa de los científicos se descubrió que cuanto mayor es la tasa de acumulación de plasma, son más bajos los picos y se ubican más cerca uno del otro. Gradualmente los datos se alinean y empiezan a parecerse a un oscilograma. Los científicos lo han considerado como una señal de una combustión casi estable, es decir, lo que exactamente predice la teoría.