Mediante una extraordinaria operación, cirujanos de EE. UU. trasplantaron casi la cara entera, la lengua y las mandíbulas con dientes a un hombre que sufrió un accidente con un arma de fuego. Según los médicos, este fue el trasplante de rostro más completo del mundo.
En rueda de prensa, los profesionales de la Universidad de Maryland confirmaron que Richard Lee Norris, de 37 años, que tuvo que esconder su cara durante 15 años bajo una máscara, ahora se está recuperando rápidamente y empieza a sentir su nuevo rostro que ya no tendrá que ocultar.
En 1997, Norris se disparó accidentalmente en la cara con un arma de fuego, perdiendo sus labios, mandíbulas y la nariz junto con las sensaciones de su rostro y el olfato. Tuvo que someterse a varias operaciones para salvar su vida y lo que le quedó de su cara, pero ninguna de esas intervenciones fue tan completa como la actual.
El procedimiento duró 72 horas y empleó la experiencia de unos 150 médicos; entre ellos, hubo algunos que asistieron virtualmente a la operación. Una semana después, Norris sorprende a los profesionales que lo atienden con el ritmo de su recuperación.
Regreso a la vida normal
"Actualmente se está mirando en el espejo, se afeita, se lava los dientes; es algo que no habíamos esperado", dice Eduardo Rodriguez, el cirujano que lideró el equipo de la operación. Los médicos añaden que el paciente recupera su olfato, ya puede mover su lengua, así como abrir y cerrar los ojos.
Gracias a que los doctores trabajaron arduamente para conectar todos los nervios de la cara, en el futuro el paciente podrá comer, hablar, mascar e incluso sonreír. Además Norris es la primera persona en Estados Unidos que logró salvar la visión tras el trasplante completo de rostro.
En cuanto a la cara en sí, los médicos aseguran que "le quedo admirablemente" a Norris. "Es un procedimiento histórico y sin precedentes que, creemos, cambiará la cara de la medicina en el futuro", concluye el doctor Albert Reece, uno de los integrantes del equipo que realizó la operación.
El material biológico fue obtenido de un solo donante cadavérico, que además salvó las vidas de otros cinco pacientes que esperaban trasplantes de órganos.