¿Quiere sentirse más atractivo, seductor y divertido? Tome alcohol o créase que lo ha hecho.
A tal conclusión se puede llegar gracias al estudio de un grupo de investigadores franceses, quienes realizaron un experimento para establecer la relación entre las copas de alcohol ingeridas y la apreciación que tiene de sí misma la persona sometida a la prueba.
En la primera fase del experimento, el equipo de psicólogos de la Universidad Pierre-Mendes France, en Grenoble, pidió a 19 personas en un bar que apreciaran su atractivo, inteligencia, originalidad y sentido del humor. El análisis con un alcoholímetro reveló que la autoestima mejoraba con cada pinta de cerveza o copa de vino que tomaban.
En la segunda fase del estudio, 94 personas fueron invitadas a degustar un coctel de frutas. Se anunció que la mitad de las bebidas repartidas contenía alcohol y la otra no. Ninguna persona sabía cuál recibió. Después les pidieron que grabaran un mensaje en vídeo, que supuestamente sería utilizado en la publicidad de lanzamiento del nuevo coctel.
Al cumplir la tarea pidieron a cada participante que apreciara su actuación en lo que se refiere a la atracción, inteligencia, originalidad y el sentido del humor.
Las respuestas correlacionadas con el análisis de la concentración de alcohol en la sangre revelaron que las personas que creían que habían ingerido alcohol dieron apreciaciones altas, aunque sus bebidas no contenían alcohol.
Las que creían que sus cocteles no contenían alcohol se inclinaron hacia apreciaciones más bajas de sí mismas.
“Nuestro estudio muestra que basta que uno crea que ha tomado alcohol para que se sienta más atractivo, mientras que la dosis de alcohol por sí misma no tiene importancia”, afirmó Laurent Begue, jefe del equipo investigador. Los científicos lo atribuyen al efecto placebo.