Puede que parezca ciencia ficción pero no lo es. Un grupo de ingenieros en Stanford (Reino Unido) está perfeccionando un pequeño dispositivo médico capaz de viajar por el flujo sanguíneo. La invención podría revolucionar el campo de la medicina.
Desde hace 50 años, los científicos han estudiado la manera de crear dispositivos implantables o inyectables que funcionasen con energía electromagnética inalámbrica, pero sus intentos fueron en vano hasta el momento.
Sin embargo, ingenieros de Stanford han hallado la solución. Llevan cuatro años desarrollando una nueva clase de dispositivo médico que puede ser implantado o inyectado en el cuerpo humano y funciona mediante ondas electromagnéticas de radio. No funcionan con baterías que se agoten y no se necesitan cables para proporcionarles energía.
"Estos dispositivos podrían revolucionar la tecnología médica", apuntó Ada Poon, ingeniera eléctrica y una de las investigadoras en este proyecto, en declaraciones a CBS.
La antena del prototipo, presentado en una conferencia por sus creadores, mide dos milímetros cuadrados, es decir, que es lo suficientemente pequeña como para viajar por el flujo sanguíneo.
Aunque por su tamaño el modelo podría recorrer el interior de las arterias, Poon explicó que continuarán trabajando para que pueda insertarse en conductos sanguíneos todavía más pequeños.
Estos diminutos mecanismos podrían algún día utilizarse para administrar medicamentos, realizar análisis e incluso llevar a cabo procedimientos quirúrgicos.
"Todavía tenemos un largo camino por recorrer antes de que estos dispositivos estén listos para aplicaciones médicas ", señaló Poon, "pero por primera vez en décadas la posibilidad parece estar más cerca que nunca."