A diferencia de Estados Unidos que optaron por reducir su programa espacial, Rusia tiene programado profundizar sus investigaciones en la Luna. Pero si a lo largo de esta década lo hará con sondas espaciales, para el 2030 tiene planeado envíar misiones tripuladas.
El pasado 27 de abril, la Agencia Espacial rusa Roscosmos descubrió el mayor enigma del año e hizo pública su estrategia, cuyos fragmentos se habían filtrado en varias ocasiones a los medios locales.
Así, en el 2030 el país pretende enviar una misión tripulada “de demostración” que orbitará alrededor de la Luna y que incluirá también la salida de sus cosmonautas a la superficie del satélite antes de regresar a la Tierra. Posteriormente, acelerará el desarrollo de instrumentos e investigaciones “de contacto y colonización” en la Luna, es decir se pretende ubicar en la órbita lunar una base que a partir del 2030 empieze a recibir expediciones tripuladas.
El programa de Roscosmos incluye además la edificación de un nuevo Centro de Comunicación Espacial Lejana en el sur de Rusia y otro en el extranjero, sin detallar en cuál país. Un vuelo tripulado a Marte, así como la construcción de ascensores y estaciones eléctricas espaciales son las propuestas de la agencia rusa para más allá del 2030.
En cuanto a los planes más inmediatos, los de esta década incluyen realizar misiones no tripuladas a Venus, explorar el sistema de Júpiter y el anillo de asteroides. Otra meta es la fabricación de un modelo de nave espacial tripulada de nueva generación para distancias largas y que sea apta para las pruebas.
Una meta más es la construcción del nuevo cosmódromo ruso Vostochny, ubicado en la región de Amur, en Siberia, que los expertos califican como una gran ventaja ya que su posición meridional facilitará los lanzamientos a la órbita ecuatorial. El propósito del Vostochny es complementar a los cosmódromos de Plesetsk y al de Baikonur principalmente, que queda en Kazajistán, país extranjero después de la fragmentación de la URSS.
En los próximos tres años está planeado desarrollar toda la infraestructura necesaria y edificar la primera plataforma de despegue del Vostochny. Para el 2015, se planean los primeros lanzamientos de aparatos no tripulados y en el 2018 los especialistas prometen que el nuevo cosmódromo podrá servir para lanzar misiones tripuladas. Está previsto que el Vostochny empezará a funcionar a cabalidad después del 2020. El complejo ocupará un territorio de unos 700 kilómetros cuadrados, con unas 10 plataformas técnicas y de lanzamiento. Su infraestructura incluirá un aeródromo, una planta de hidrógeno y una de oxígeno/nitrógeno, 115 kilómetros de pistas automovilísticas y 125 kilómetros de ferrocarril.
Otro tema del documento de Roscosmos es el destino de la Estación Espacial Internacional (EEI), la plataforma principal para las misiones tripuladas. A esta instalación orbital le da solo ocho años más de vida y está previsto que para el 2020 deje de funcionar y vuelva a la Tierra.