Los neoyorquinos han tenido la oportunidad de admirar el último vuelo del transbordador espacial Enterprise. La nave sobrevoló la ciudad acoplada a un Boeing 747 y a partir de ahora formará parte de un museo.
Antes de aterrizar, el tándem aéreo sobrevoló la isla de Manhattan y la Estatua de la Libertad.
Cientos de personas contemplaron este espectáculo único desde las azoteas de los rascacielos, las playas, el río Hudson o desde embarcaciones de recreo. A principios de junio el Enterprise se trasladará a la cubierta del portaaviones de la época de la Segunda Guerra Mundial, que tras su jubilación se convirtió en nave-museo.
El año pasado la NASA canceló su programa de transbordadores espaciales y actualmente son las naves rusas Soyuz y Progress las encargadas de poner en órbita a los tripulantes y a las cargas, respectivamente.