Algunos de los glaciares de Groenlandia se están moviendo en torno a un 30% más deprisa que hace 10 años, contribuyendo a la subida del nivel del mar en todo el mundo, según revela una investigación llevada a cabo en EE. UU.
Los científicos, que llevan décadas monitoreando las grandes placas de hielo de Groenlandia y la Antártida y analizando el impacto del cambio climático provocado por el hombre, también señalaron que, de acuerdo con estos datos, no se cumplirán las previsiones más extremas pronosticadas para el año 2100.
En su estudio, publicado el jueves en la revista Science, explican que estos glaciares pueden moverse hacia el mar, vertiendo agua en los océanos y advierten que cuanto más deprisa se mueven, mayor es la cantidad de agua que aportan y por tanto mayor el incremento del nivel del mar.
Sin embargo, el equipo formado por expertos de la Universidad de Washington y la Universidad del Estado de Ohio indica que no todos los glaciares se mueven al mismo ritmo.
Los glaciares interiores sin salida directa al mar registran velocidades máximas de entre 9 y 99 metros al año, mientras que los que terminan en un océano pueden llegar a desplazarse 11,2 kilómetros anuales, dice el estudio.
“Los glaciares que fluyen al mar que rodea Groenlandia son los que deben vigilarse”, explica Twila Moon, coautora de la investigación, “porque es donde se producen cuatro quintas partes de la pérdida de hielo en Groenlandia”.
En el estudio emplearon datos de más de 200 glaciares recogidos por un satélite que muestran que los más rápidos, situados al este, sudeste y noroeste de la isla, aumentaron su velocidad una media de un 30% entre 2000 y 2011.
No obstante, los investigadores también descubrieron que los glaciares que llegan al agua no están acelerando tanto como se había especulado en previsiones anteriores que calculaban una subida del nivel del mar de unos dos metros para finales de siglo.