Los astrónomos lograron observar cuatro estrellas en el proceso de ‘alimentarse’: estaban absorbiendo planetas de roca no muy diferentes al nuestro. Según el estudio, este evento podría repetirse en nuestro Sistema Solar, dentro de miles de millones de años.
Los devoradores eran enanas blancas, las estrellas que están al final de sus vidas. Estaban rodeadas por polvo y restos de rocas que obviamente provenían de los planetas destrozados, informan los astrofísicos de la Universidad de Warwick, Reino Unido.
Con la ayuda del telescopio Hubble, los investigadores examinaron las atmosferas de más de 80 enanas blancas a unos pocos cientos de años luz de distancia del Sol. Encontraron que los elementos químicos más comunes en el polvo de alrededor de cuatro de las enanas son el oxígeno, el magnesio, el hierro y el silicio, los cuatro elementos que componen aproximadamente el 93% de la Tierra, aseguran los astrónomos.
Las enanas blancas realmente son los restos de estrellas relativamente pequeñas, como nuestro Sol, que han agotado su 'combustible'. Sus atmósferas se componen de hidrógeno y helio, por lo que los elementos más pesados que se incorporan allí son arrastrados a su núcleo por la intensa gravedad. El Sol, y más del 90% de las estrellas en la galaxia de la Vía Láctea, un día terminarán siendo enanas blancas, según suponen los astrónomos.