Crece el escándalo del Watergate climático, el Climategate como ya ha sido bautizado, provocado por la publicación de correspondencia privada de unos científicos que aporta pruebas sobre la magnitud del calentamiento global.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) planea investigar la presunta manipulación de los datos del cambio climático, según anunció el presidente de la organización, Rajendra Pachauri. También subrayó que las inculpaciones contra los ingenieros son demasiado serias, por eso es de todo punto necesario examinarlas.
El comité de la ONU estudiará esmeradamente el suceso y anunciará su posición sólo después de la investigación, anunció Pachauri. "No queremos esconder nada bajo la alfombra. Se trata de un asunto grave y lo analizaremos con detalle".
El incidente sucedió después de la publicación hace dos semanas de la correspondencia de correo electrónico perteneciente a los científicos de la Unidad de Investigación Climatológica (CRU) de la Universidad británica de Anglia Oriental. Al leer estos documentos, algunos expertos declararon que los ingenieros habían falsificado los resultados de sus trabajos sobre el clima. Según estas opiniones, en realidad no todas las investigaciones confirman que la temperatura del planeta está aumentando. Además, indicaron que los científicos habían cambiado la información para crear la ilusión de que los hombres son partícipes del cambio climático. En particular, uno de los mensajes sugirió que el director de la unidad, Phil Jones, quería que cierta información fuera excluida de la próxima evaluación del IPCC.
Los colaboradores de la Universidad negaron todas las acusaciones, anunciando que los correos habían sido interpretados fuera de contexto. Sin embargo, el lunes 1 de diciembre, Phil Jones fue despedido y la institución anunció que organizará una comprobación independiente de estos datos.
Al mismo tiempo, la policía de la ciudad de Norfolk, donde está situada la Universidad, inició su propia investigación de este caso. Trata de aclarar de qué modo se ha puesto el material al alcance de todos. Según los datos oficiales, un "hacker" robó y difundió a través de Internet cientos de correos electrónicos de los ingenieros. Al principio, el archivo con emails fue abierto en uno de los ftp de la ciudad rusa de Tomsk. Por eso la policía sospecha que un ciudadano de Rusia ha realizado esta infiltración.
El caso de los científicos británicos ya se ha bautizado como Climagate, por analogía con los escándalos del Watergate de 1974. Algunos políticos y científicos que insisten en que las conclusiones sobre el calentamiento global son exageradas consideran este caso como la prueba de su postura. Sin embargo, la mayoría de los investigadores del clima creen que estas cartas no influyen sobre estado de las cosas.