La situación en la Cumbre sobre el Cambio Climático de la ONU que se efectúa en Copenhague se complica debido a las contradicciones entre los países industrializados, por un lado, y los países en vías de desarrollo, por otro.
Los países de la Unión Europea intentan alcanzar una posición común sobre el cambio climático. El primer gran objetivo europeo es reducir las emisiones en los próximos 10 años en un 30%. Sin embargo, algunos países no están dispuestos a hacer semejante esfuerzo en plena crisis económica.
El principal conflicto abierto se produjo entre pequeños países insulares y otros muy desarrollados tales como China, la India y Brasil, cuyos tres líderes —Wen Jiabao, Manmohan Singh y Lula de Silva— expresaron el “deseo de reforzar su coordinación y cooperación para hacer frente al cambio climático”. Los países insulares y africanos demandaron adoptar un acuerdo más duro que el Protocolo de Kioto.
La tensión aumentó cuando el pequeño país isleño de Tuvalu sorprendió a los negociadores al pedir que esos tres países, entre otras grandes naciones en vías de desarrollo, acepten compromisos vinculantes en el futuro acuerdo contra el calentamiento global.
Tuvalu, junto a los 42 miembros de la Alianza de Pequeñas Islas (AOSIS), propuso una enmienda “jurídicamente vinculante” al Protocolo, a la cual a partir de 2013 se le agregarían objetivos de reducciones para los grandes países emergentes que actualmente son causantes de más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La solicitud, apoyada por varios de los países más pobres y vulnerables al cambio climático, fue bloqueada por China, la India y Brasil, entre otros.
La Unión Europea, Rusia y EE. UU. apoyan a los países isleños en su demanda de concertar un acuerdo más eficiente, pero en la disputa de ayer no intervinieron. Rusia resaltó que hay que crear un documento completamente nuevo y que no hace falta continuar el Protocolo de Kioto. Además Rusia, en palabras del presidente Medvédev, declaró que accede a asumir los compromisos tomados, o sea, disminuir las emisiones contaminantes en 20,25%.
Por otro lado, China y Estados Unidos se enfrentan por la reducción de las emisiones y por la fórmula de financiar la mitigación de los efectos del cambio climático causado, ante todo, por los países ricos. Ambos países contribuyen al 40% de las emisiones globales de dióxido de carbono.
Según el Primer Ministro chino, Wen Jiabao, su país desea entregar una nueva dinámica a la Conferencia. Pero el jefe de la delegación norteamericana, Todd Stern, comentó que “el país cuyas emisiones están aumentando de manera más radical es China” y pronosticó que no se podrá tener el recorte global de las emisiones que se necesitan si China no se convierte en un actor activo de tales medidas.
Además, Washington ha descartado que vaya a integrarse al acuerdo que sustituirá al Protocolo de Kioto que se negocia ahora en Copenhague. Pekín, por el contrario, insiste en que Estados Unidos participe en este protocolo.
Además, en la reunión Dinamarca también presentará su “proyecto danés”. El Primer Ministro de ese país, Lars Loekke Rasmussen, confirmó que la nación presentará durante el fin de semana su propio proyecto para la lucha contra los cambios globales del clima.
Como país sede Dinamarca proporcionará el marco de acción y facilitará que se llegue a un acuerdo, dijo Rasmussen, y pidió a todos los participantes que contribuyan a lograr éste.