Los espermatozoides necesitan un GPS

"No podía contener la risa observando cómo los espermatozoides patinan y chocan frontalmente contra la pared de enfrente", comenta el doctor Petr Denissenko, de la Universidad de Warwick, que líderó una nueva investigación para describir en detalle el camino de los espermatozoides hacia el óvulo.
Los científicos británicos intentaron averiguar por qué de los millones de espermatozoides que compiten por lograr alcanzar el óvulo solo unas decenas superan todo el camino. Las investigaciones realizadas por las universidades de Warwick y Birmingham descubrieron que el éxito del espermatozoide depende de su modo de navegar por el tracto reproductor femenino: la mayoría no se mueve por el centro, sino se arrastra a lo largo de las paredes con frecuentes colisiones.

Los resultados de esta investigación, que pretende a ayudar en el desarrollo de tratamientos para parejas con problemas de fertilidad, se han publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Se sabe que para llegar al óvulo los espermatozoides tienen que pasar por unos canales estrechos y sinuosos llenos de una sustancia pegajosa. Durante sus experimentos los investigadores 'lanzaban' mediante una jeringa las células sexuales masculinas en un minilaberinto artificial y observaban su conducta.

Resultó que al contrario de lo que se creía, los espermatozoides no suelen nadar en la parte central del tracto genital femenino, sino que viajan a lo largo de las paredes. Al alcanzar las esquinas en su camino, las células sexuales masculinas chocan.

“Cuando el canal se estrecha, las células siguen adelante hasta chocar contra la pared opuesta del canal con una distribución de ángulos de salida, siendo estos modulados por la viscosidad del fluido. Como consecuencia de la natación a lo largo de las esquinas, el dominio ocupado por las células se convierte esencialmente en unidimensional, lo cual produce recurrentes colisiones”, dice el estudio.

“Las paredes que recorre el esperma es uno de esos casos en que un sistema fisiológico complicado obedece a reglas mecánicas muy sencillas”, resume el doctor Denissenko.

Las investigaciones anteriores de este mismo equipo indican que la forma de la cabeza del espermatozoide también podría afectar la manera en que se desplaza. “En combinación con estos datos, creemos que podremos desarrollar nuevos métodos de selección de espermatozoides”, explica Jackson Kirkman-Brown, de la Universidad de Birmingham.