La idea se le ocurrió tras fijarse en unas anomalías en el comportamiento de los objetos que componen el cinturón de Kuiper, un área que consta de pequeños cuerpos celestes que rodean al Sistema Solar y que se depositaron allí después de su formación.
Según opina Gomes, las anomalías en el movimiento de estos pequeños cuerpos podrían explicarse por la existencia de un planeta que cambia sus órbitas con su gravitación. Llegó a esta conclusión al analizar las órbitas de 92 cuerpos del cinturón con la ayuda de un modelo informático. El análisis mostró que solo la presencia de un planeta explica las alargadas trayectorias de seis objetos del cinturón.
El astrónomo sugirió que el planeta probablemente se parece a Neptuno: también es alrededor de cuatro veces mayor que la Tierra. Además, es muy oscuro y su órbita se encuentra a una distancia de unos 225.000 millones de kilómetros del Sol (es decir, está 1.500 veces más lejos de la estrella que la Tierra).
Se considera que hay solo ocho planetas que giran alrededor del Sol desde el momento en el que los científicos decidieron excluir a Plutón de la lista en 2006. Según la nueva clasificación, Plutón pertenece a la categoría de planetoides.