La investigación, publicada en la revista científica New England Journal of Medicine, es la primera en documentar los riesgos para el corazón de un antibiótico llamado azitromicina, disponible en el mercado mundial desde la década de 1980 y popular debido a que a menudo requiere tomarse durante menos días que otros antibióticos.
El estudio, realizado por científicos de la Universidad de Vanderbilt, se basó en el análisis de historiales médicos de pacientes en el estado de Tennessee, en EE. UU., entre 1992 y 2006. Compararon cientos de casos en los que se prescribió azitromicina con millones de historiales de pacientes que no fueron tratados con antibióticos o que recibieron un antibiótico denominado amoxicilina.
Los resultados mostraron que el riesgo de muertes relacionadas con problemas cardiacos los primeros cinco días de tratamiento entre los pacientes que tomaron azitromicina fue de más del doble que en aquellos que tomaron amoxicillina, o los que no tomaron ninguno.
Para comparar riesgos, los autores también calcularon que el número de muertes por cada millón de tratamientos con antibióticos sería de 85 entre pacientes de azitromicina, frente a 32 entre pacientes de amoxicillina y 30 entre aquellos que no usaban antibióticos.
Aunque los expertos afirman que las cifras no son alarmantes, recalcan que será necesario continuar investigando el tema para confirmar los resultados.
Por su parte, Wayne Ray, autor de la investigación y profesor de medicina preventiva en la Universidad de Vanderbilt, asegura que para pacientes con elevado riesgo cardiovascular e infecciones para las que no hay alternativa a los antibióticos, los efectos cardiovasculares de la azitromicina podrían ser una importante consideración clínica.