El estudio, llevado a cabo en los bordes de las capas de hielo del Ártico, donde se libera gas metano, podría ayudar a los investigadores a encontrar evidencias de la existencia de microorganismos similares en otros lugares como la luna Europa de Júpiter, o la luna de Saturno, Encélado, informa la página web astrobio.net.
"Cada vez es más evidente que en la Tierra hay microbios adaptados al frío metanogénico del Ártico, la Antártida y las profundidades del mar", dijo Jeffrey White, un biogeoquímico medioambiental de la Universidad de Indiana, en EE. UU., que colabora en el estudio
Según White, si esas comunidades se desarrollan en los rincones más fríos de la Tierra, parece lógico buscar evidencias de procesos biológicos similares en otras capas heladas de nuestro Sistema Solar, como los glaciares en la región de la Cuenca de Hellas, en Marte.
Además, como señaló la astrobióloga y geomicrobióloga Lisa Pratt, otra de las investigadoras, aunque conocer de cerca el Planeta Rojo es la máxima prioridad en estos momentos debido a su proximidad con la Tierra, los resultados de las investigaciones en el Ártico podrían ser de ayuda en la exploración de otros lugares.
"Mi preferencia personal es Encélado, la luna de Saturno, donde se baraja la posibilidad de que haya agua aislada debajo de la gruesa capa de hielo lunar", indicó Pratt.
En el verano de 2013, los investigadores tienen planeado buscar evidencias de vida bajo la superficie del Ártico con un taladro especial que ellos mismos han diseñado.
“Algún día un instrumento similar podría emplearse en la exploración planetaria, asegura Pratt.