Este implante ayudó al niño a sobrevivir 13 días, tiempo durante el cual los médicos encontraron a un donante y le trasplantaron un corazón real. Ahora el bebé evoluciona bien.
Esta operación sin precedentes tuvo lugar en el Hospital Bambino Gesu de la capital italiana. El niño sufría miocardiopatía dilatada, dolencia que impide al corazón funcionar de forma efectiva, achicando o agrandando sus fibras.
En declaraciones a Reuters, el cirujano Antonio Amodeo calificó de "hito" la operación y agregó que, aunque ahora este implante se usa como puente hasta la llegada del órgano verdadero, en el futuro podría ser utilizado como solución permanente.
El corazón artificial pesa apenas 11 gramos, está hecho de titanio y puede manejar flujo a razón de 1,5 litros por minuto. Los órganos parecidos, usados para adultos, pesan mucho más, unos 900 gramos.
Antes de esta operación el dispositivo, que fue concebido por el médico estadounidense Robert Jarvik, sólo había sido probado en animales.