Los restos de las embarcaciones se encuentran en el fondo del mar a una profundidad de entre 1,2 y 1,4 kilómetros entre Corfú e Italia. Según los científicos, son los naufragios antiguos más profundos conocidos en el Mar Mediterráneo.
“Hay muchos restos de naves romanas, pero éstas están en el mar abierto. No estaban navegando cerca de la costa”, indica Angeliki Simossi, jefa del departamento de antigüedades submarinas de Grecia.
Resuelta que el hallazgo desafía la teoría tradicional de que los marineros antiguos no estaban dispuestos a navegar lejos de la costa.
Los científicos suponen que los capitanes se alejaban de las aguas costeras en caso de que los vientos amenazaran con empujar sus barcos contra las rocas.
En una de las naves los especialistas ya han encontrado varias ánforas, un vaso de mármol y otros elementos.