Inicialmente el Centro Médico 'Sheba' llevaba a cabo el monitoreo de la presencia en el ADN de los habitantes de distintas partes del mundo de un gen supresor de tumores. El elemento del genoma situado en el cromosoma 17 y llamado BRCA1 puede sufrir varias modificaciones, siendo la más conocida el factor responsable del desarrollo del cáncer de mama y ovarios.
Casi todos los asquenazí —los judíos cuyos antepasados poblaban en la Edad Media la Europa Central y Oriental— y muchos de los sefardíes, es decir los hebreos ibéricos, tienen la variación del gen que les hace más vulnerables ante el riesgo de la enfermedad maligna. Un análisis computarizado de las muestras recopiladas de tejidos de los navajos reveló que padecen de la misma desventaja genética, la cual no caracteriza a ningún otro pueblo del mundo.
Eso significa, concluyeron los especialistas del centro ‘Sheba’, que los indígenas tenían a un ancestro común quien pertenecía a la etnia judía. Es más, las tecnologías avanzadas de la genética les facilitaron especificar el período más o menos exacto en el que vivió aquel progenitor.
Era “un judío que se trasladó de Europa al Nuevo Mundo hace poco más de 500 años, en la época cuando Cristóbal Colón descubría América y mientras la población hebrea era expulsada de España”, según indicó al diario ‘Haaretz’ un miembro del colectivo científico. Pero los indígenas de Colorado, resaltó, nunca han mostrado un mínimo conocimiento de las costumbres judías. Tampoco tienen leyendas que permitan vincularlos con los antepasados del Viejo Mundo.
A raíz de eso los investigadores israelíes se han perdido en conjeturas, intentando explicar cómo la sangre de un probable participante de los viajes de Colón podía llegar desde las islas Antillas o el litoral caribeño hasta Colorado. Supusieron que se trata de un grupo de indígenas procedente de Sudamérica que allí mismo entró en contacto con el judío. Posteriormente emigrarían primero a México y luego al norte del continente. Asimismo se podría atribuir a los genes sefardíes en los navajos a la expedición perdida del navegante portugués Gaspar Corte Real, ya que históricamente la actual tribu de Colorado poblaba algunos territorios del Canadá, cuyo Este extremo seguramente visitó en 1500-1501 aquel viajero desafortunado.