Un equipo de especialistas encabezado por Mathias Pessiglione realizó el experimento. Ellos enseñaron a un grupo de voluntarios dos videos: el primero mostraba un bombón que se encontraba sobre la mesa, en el segundo una mano escogía un bombón entre varios. Después los científicos les preguntaron a los participantes del estudio qué bombón elegirían ellos. Al mismo tiempo los investigadores seguían la actividad cerebral de estas personas a través de la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf).
Resultó que el bombón ´más deseado´ en muchos casos fue el escogido por el individuo del video. Los médicos destacaron que cuando las personas miraban el segundo video, dos zonas en su cerebro estaban especialmente activas: aumentó la velocidad de las neuronas espejo en el lóbulo parietal, que se activan cuando el individuo imita como ´reflejando´ la acción de otro. También reaccionó fuertemente el cuerpo estriado que es responsable por el comportamiento y por los reflejos condicionados.
Los expertos indican que si lo más fuerte es la conexión entre los dos citados sistemas, una persona verá intensificada su envidia y la dependencia de otros individuos. Según los autores del estudio, es una ´especialidad mental´ que ´condena´ a los que la sufren infinitamente a compararse a sí mismos con otras personas y siempre desear lo que tienen otras.