Logros revolucionarios en la lucha contra el cáncer
Entre los mayores logros de la ciencia contra el cáncer anunciados en el congreso, figuran nuevos medicamentos que eliminan las sustancias fuertes de las células cancerosas, dejándolas sanas y nuevos tratamientos que ayudan al sistema inmunológico a atacar una amplia gama de tipos de cáncer.
Una de las ´armas´ revolucionarias contra el cáncer está compuesta por anticuerpos, unidos con las células de cáncer y toxinas tan potentes que no pueden administrarse por sí mismas. Un enlace químico los mantiene unidos hasta que se adhieran a una célula tumoral, liberando el veneno en su interior y matando a dicha célula.
"El anticuerpo apunta la droga muy tóxica directamente a la célula cancerosa y la coloca en el interior de la célula, donde la podrá destruir sin causar daño a las células sanas que están al lado”, explicó el doctor Louis Weiner, director del Centro de Cáncer Lombardi de la Universidad Georgetown.
Un estudio presentado en la cumbre reveló que el tratamiento experimental, basado en esta estrategia, el Genentech's T-DM1, aplaza el tiempo del desarrollo del cáncer de mama para las mujeres que tienen avanzada la enfermedad. Además es un medicamento poco tóxico, y las pacientes no pierden el cabello.
Otros fármacos -fabricados por la compañía Bristol-Myers Squibb- que estimulan el sistema inmunitario ofrecen resultados prometedores en sus fases iniciales de cáncer.
En las pruebas, encabezadas por investigadores de la Universidad John Hopkins, en Baltimore (Maryland), más de 500 pacientes, uno de cada cuatro que padecía un cáncer de considerable tamaño de pulmón, riñón o melanoma, y que no habían respondido al tratamiento estándar, vieron una reducción significativa de sus tumores.
Otro tratamiento revolucionario: Zytiga, logró frenar la propagación del cáncer avanzado de próstata en el 60% de los hombres que ya no respondían a las terapias a base de hormonas y que aún no estaban sometidos a quimioterapia. Fue probado que el llamado acetato de abiraterona limita el dolor y retrasa el deterioro del estado general del paciente, preservando durante mucho más tiempo su calidad de vida y extendiendo su longevidad.