Según los astrónomos, gracias al evento la ciencia moderna podrá revelar muchos secretos de la atmósfera del planeta, visible gracias a los rayos que la atravesarán durante su trayecto por delante del Sol. Los aspectos que más interesan a los especialistas son los movimientos ondulares, las fuerzas gravitatorias y la densidad.
También han aprovechado la ocasión para mejorar las técnicas de detección de planetas extrasolares. Nueve coronógrafos capaces de filtrar la luz solar fueron ubicados en Australia, Kazajistán, Japón, en la costa oeste de EE. UU., las islas Hawái y en el archipiélago Svalbard. A lo largo del paso de Venus, su tarea ha sido observar las capas externas de la atmósfera del Sol.
El espectáculo celeste ha sido accesible casi desde cualquier lugar del mundo, pero solo los residentes de EE. UU., Hawái y Alaska han gozado de la oportunidad de contemplar todo el ‘paseo’ del planeta frente al Sol.