Los astrónomos aseguran que, entre las luces cósmicas visibles en las imágenes captadas por el Telescopio Espacial Spitzer, se encuentran las primeras estrellas formadas después del Big Bang, que dio origen al universo.
"Estos objetos habrían sido tremendamente brillantes", explica Alexander Kashlinsky, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales, de la NASA.
"Todavía no podemos descartar directamente las fuentes misteriosas de esta luz que puede provenir de nuestro universo cercano, pero ahora cada vez se vuelve más probable que sea un vislumbre de una época remota. Spitzer establece una hoja de ruta para el próximo Telescopio de la NASA, James Webb, que determinará exactamente la esencia y ubicación de estos primeros objetos”.
Kashlinsky dijo que estas imágenes pueden ayudar a revelar los misterios del Big Bang.
"Podemos reunir pistas de la luz de los primeros fuegos artificiales del universo. Esto nos demuestra que las fuentes o 'chispas' queman intensamente su combustible nuclear", afirma.
El Telescopio Espacial Spitzer monitoriza la radiación infrarroja emitida por los objetos del sistema solar y más allá. El aparato es un observatorio espacial infrarrojo que fue lanzado en 2003 y orbita alrededor del sol.